Un feriante que tenía un puesto de tatuajes durante las fiestas de la Peregrina en Pontevedra el pasado año, E. D. C. C., negó esta mañana en un juicio celebrado en la Audiencia Provincial que hubiera sometido a tocamientos a una menor que acudió a su puesto para que le practicase un tatuaje en un brazo. Al término de la vista oral, el fiscal mantuvo su petición de condena de dos años y medio de prisión por tocarle el culo a esta menor, que actualmente cuenta con 14 años. Lo considera autor de un delito de abuso sexual a menores.

El acusado, sin embargo, insistió ante las magistradas de la Sección Cuarta que no sometió a esta joven a estos tocamientos. Aseguró que lo único que sucedió es que le pudo haber tocado la espalda cuando la agarró en el momento en el que le practicaba el tatuaje en el brazo, dado que "no paraba de moverse" y el tatuaje, de esta forma, "podría salir mal" si no estaba quieta. Asegura que fueron cuatro o cinco menores las que aquel 13 de agosto de 2016 se acercaron a su puesto ubicado con el resto de barracas en la zona del paseo de Montero Ríos, a la altura de la Diputación. Afirma que todas ellas "se reían" y que cree que "se estaban riendo de él" aunque "yo no estaba para bromas dado que yo lo que quería era generar dinero". Tras insistir en que no sometió a ningún tocamiento a la menor explicó que, en el momento en el que regresó la adolescente acompañada de sus padres y del vigilante del recinto echó a correr huyendo del lugar "por no darle un disgusto a mi madre, la verdad", que tenía un puesto en una zona adyacente.

Por su parte, también declaró la menor víctima de estos hechos quien ratificó la denuncia presentada en su día y que mantuvo el mismo relato de los hechos que manifestó entonces. Asegura que el responsable de este puesto de tatuajes comenzó a hacerles a ella y a sus acompañantes "preguntas personales" y que en varias ocasiones "me intentó besar" a lo que ella se resistió. "Me sentía como en una encerrona", aseguró. También explicó que en todo momento el acusado le insistía en que se acercase a él, más de lo que pudiera parecer necesario para realizar un tatuaje, y que en un momento dado la rodeó con un brazo y le tocó el culo y una pierna. Asegura que tardó un pequeño momento en reaccionar, "no me lo esperaba, estuve como tres segundos procesando lo que había hecho", y que entonces reaccionó "y le pregunté qué era lo que estaba haciendo, y él me respondió que solo era un culo, que si quería que le tocase también el de él", explicó al tribunal.

En el juicio también declararon dos amigas de la joven, una que asegura que observó como este hombre le tocaba las nalgas y otra que vio como su amiga saltaba del asiento antes de huir corriendo y afirmando que le había tocado el culo, aunque reconoció que no vio el momento en el que le tocó el trasero. El juicio ha quedado visto para sentencia. La defensa del acusado pide la libre absolución.