Para apuntalar su teoría de que Antonio Lusquiños actuó con un evidente ánimo de acabar con la vida de Concepción Reguera Peón, la fiscal destacó además de que la totalidad de las heridas que presentaba la víctima (en total 20, con la salvedad de algunas de defensa en una mano y las "heridas de huida" en la espalda y el brazo) se encontraban situadas en la zona superior del cuerpo, en el cuello y especialmente tórax de la víctima. Para la Fiscalía esto es una prueba de que en su ataque el acusado dirigió todos sus golpes a "zonas vitales".

De las heridas de defensa en las manos, los forenses señalaron que son lesiones típicas de la reacción "instintiva" de la víctima de intentar protegerse del ataque. No apreciaron ninguna lesión significativa en el acusado.

Ayer se expusieron los resultados de los análisis de ADN, aunque en este caso son menos relevantes dado que el acusado asume que fue el autor de las cuchilladas. Se encontró un perfil genético coincidente con el del acusado en las uñas de la víctima y sangre de Concepción en un pantalón que llevaba puesto el presunto asesino. Los policías que realizaron la inspección ocular del coche señalaron que había abundantes restos de sangre en el coche y los expertos señalaron que procedía de la víctima.