Cocciones múltiples, de gas, eléctricas, reducción, carbonización, horno de trincheras? El Curso Internacional de Cerámica propone cada año a sus alumnos internacionales (una treintena en esta edición) una inmersión en las grandes posibilidades de este material de la mano de reconocidos creadores invitados, entre ellos Gregorio Peño, cuya obra está presente en colecciones europeas y asiáticas.
-¿Heredó la tradición ceramista de su familia o fue una iniciativa propia?
-Me dedico a la cerámica dentro del arte contemporáneo, trabajo con galerías y expongo asiduamente en Arco, pero utilizo la cerámica como material porque vengo de familia de alfareros, soy la quinta generación de una familia con más de 150 años de tradición alfarera y al final es un material con el que he crecido y me siento muy cómodo trabajando con él, además de que es un material con unas posibilidades plásticas infinitas.
-Los participantes y profesores del Curso Internacional de Cerámica se refieren a lo poco conocido que este arte en España a pesar de la larga tradición ceramista
-Si pero es algo que se lleva arrastrando hace muchos años y yo realmente no pienso en ello, tengo la suerte de que trabajo con galerías que tienen pintores, fotógrafos, escultores etc y yo intento que mi cerámica no solo se valore como cerámica sino que también se valore como escultura y como obra de arte que transmite emoción, porque muchas veces cuando estamos entre ceramistas nos admiramos las piezas técnicamente los unos a los otros pero el público en general no tiene porqué saber de técnicas cerámicas, ni tiene que saber cómo has hecho algo, si es difícil o fácil, creo que al final el lenguaje del arte es universal y la emoción está por encima de todo.
-¿Le gusta el arte cerámico que se hace hoy en España?
-La cerámica es muy amplia, es un material que tiene muchas aplicaciones, hay gente que se dedica a la cerámica desde el punto de vista mucho más artesanal, gente que se dedica a la cerámica desde el punto de vista del diseño y después está gente que se dedica a ella desde el punto de vista escultórico o artístico y en ese caso, que es en el que más me fijo yo porque estoy en esa rama, tenemos enormes escultores, aquí en Galicia tenéis a Xavier Toubes que es profesor en la Universidad de Chicago y un ceramista fantástico con una carrera internacional muy buena, también está Garrafa, un gran artista profesor de la Facultad de Bellas Artes de Bilbao, teníamos a Arcadi Blasco, que estuvo aquí en este curso hace unos años y que por desgracia falleció hace poco tiempo y participó representando a España en la Bienal de Venecia, de modo que hay artistas que han tocado la cerámica con mucha inteligencia y que también se les puede llamar ceramistas porque son artistas que prácticamente su obra entera la han hecho en cerámica.
-Sus piezas son muy especiales, orgánicas pero que no lo son en origen?
-Tengo un lenguaje formal geométrico aunque no lo parezca, si que es verdad que hubo un momento en el que decidí que la cerámica tenía que decir algo, que el material está muy vivo, sufre muchos procesos de transformación dentro del horno y yo esos procesos me gustaba llevarlos mucho más al extremo, entonces empecé a investigar con arcillas determinadas, trabajo muchas veces con estructuras que se construyen de forma muy perfecta pero que dentro del horno sufren una transformación y entonces el volumen final de la pieza se produce dentro del horno, producto de la gravedad, también juego con la expansión, con el abatimiento de la arcilla, con esmaltes que escurren y eso es mi obsesión y mi forma de trabajo en los últimos años, creo que tiene un concepto un poco minimalista y al fin y al cabo el material tiene mucho que decir en la forma final de la obra.
-¿En qué recomienda al coleccionista fijarse al evaluar una pieza o lo único importante en realidad es confiar en la emoción?
-Eso es, dejarse llevar por la emoción, creo que la gente que se fija demasiado en el material en realidad es un atraso porque como le comentaba asiduamente expongo en Arco y allí te puedes encontrar cualquier cosa hecha de cualquier manera, es decir al final con lo que lo hagas para el coleccionista no tiene que tener importancia sino que eso creo que es más cosa del artista, los artistas si que tenemos que elegir un material que nos resulte más adecuado y con el que podamos expresar mejor nuestras emociones, y eso yo lo he encontrado con la cerámica.
-¿Cómo es su proceso de trabajo?
-La cerámica te obliga a ser muy disciplinado, es un material con procesos lentos y algo tediosos y creo que es una de las principales razones por la cual muchos artistas no se atreven a trabajar con cerámica, igual es que es fácil que gente que acaba Bellas Artes, artistas jóvenes, se metan con la instalación o la pintura porque son cosas que están más a mano y no requieren de un trabajo técnico muy fuerte, la cerámica tiene unos procesos técnicos difíciles que hay que tener un control y ser bastante exhaustivos, además de unas instalaciones para trabajar adecuadas, y eso es lo que muchas veces le tira hacia atrás a la gente. Y en mis procesos de trabajo soy un artista disciplinado porque mi material, la cerámica, obliga a ello.
-¿Piensa ya en las obras que hará en el futuro?
-No, trabajo por series, que es estudiar conceptualmente una forma o la forma de hacer una pieza y después hacer diferentes variaciones, y eso durante un tiempo. Estoy trabajando con una serie de pared que presenté en Arco y que es muy geométrica pero con una parte orgánica muy fuerte que derrama por la pieza y cae por la propia gravedad, estoy jugando con ese tipo de formas que me permiten también tener un tratamiento de la pieza mucho más pictórico y suponen un reto porque anteriormente había trabajado con otras series que han tenido mucho éxito pero llega un punto en que hay que cambiar, te tienes que volver a sentir artista, volver a lo desconocido, que creo que es lo interesante de este mundo.
-Volver siempre a hacerse preguntas cuando uno cree que sabe una cosa, volver a cuestionarse
-Exacto, si no no eres artista, no eres un creador sino un autómata, durante un tiempo puede valer pero cuando uno se empieza a sentir así tiene que volver radicalmente a lo desconocido, aunque si que es verdad que aún volviendo a lo desconocido tus obsesiones acaban saliendo siempre, de forma diferente pero siempre hay una búsqueda, una obsesión en tu trabajo que aunque cambies tiene que seguir patente.
