La defensa de José Cortiñas, el hombre condenado por haber asesinado a su mujer embarazada Lupe Jiménez en febrero de 2014 en Pontevedra, volvió a alegar ayer que actuó por un arrebato, por lo que pide la reducción en su pena. No obstante, la acusación particular lo acusa de haber sido "juez y verdugo". Cortiñas ya utilizó durante el juicio celebrado en la ciudad del Lérez esta misma estrategia de defensa pero el jurado popular concluyó tras el juicio que no sufrió ningún tipo de "ofuscación transitoria".

Y es que la Sala de lo Civil y lo Penal del TSXG acogió ayer la vista de apelación por el recurso presentado por la defensa del procesado contra la condena a veinte años de prisión por asesinato con la circunstancia agravante de parentesco y la atenuante de confesión impuesta por la Audiencia de Pontevedra en base al veredicto emitido por el jurado popular.

La defensa sostiene que no fue un asesinato sino que se trató de un delito de homicidio, junto con otro de aborto porque la víctima estaba embarazada. Reclama una reducción de condena que podría llegar a ser de cinco años.

Alegó que concurre la circunstancia atenuante de arrebato de obcecación, pues argumentó que fue un ataque "sorpresivo" sin "ensañamiento" que se produjo tras una discusión porque la mujer supuestamente confesó que el hijo que esperaba no era del encausado. A mayores, solicita reducción en la responsabilidad civil de las hermanas de la víctima, aunque mantiene las establecidas para las hijas.

El fiscal, Carlos Varela, recordó que el jurado consideró probado que el ataque "fue sorpresivo e inesperado" y se hizo sin que la víctima tuviese "capacidad para defenderse", pues el acusado "no sufrió ninguna lesión", por lo que ve "alevosía", lo que implica que se trató de un asesinato.

El jurado no fue capaz de determinar si se produjo esa discusión o si la víctima había manifestado "alguna duda sobre la paternidad del hijo que esperaban", por lo que considera que no concurre la atenuante de arrebato y pide el mantenimiento de la condena.

Víctor Bouzas, abogado de la acusación particular, se sumó a las palabras de la Fiscalía. Cree que el fallo fue "correctísimo" y "ajustado a derecho" porque reflejó "de una manera clara y palmaria los hechos". Ante los medios de comunicación Bouzas negó la existencia del "arrebato" porque cree que el procesado fue "juez, parte y verdugo", ya que "juzgó a la víctima" y después realizó todos los hechos tras un "arrebato muy meditado".

El pasado día 24 de febrero de 2014, sobre las seis de la tarde, el condenado viajaba en su vehículo acompañado de la que era su mujer cuando, según la sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra, tenía el propósito de acabar con su vida. El jurado consideró que este hombre la golpeó repetidamente en la cabeza y en la cara a la víctima y, sirviéndose de un instrumento cortante, le asestó tres puñaladas en el cuello, en la muñeca y doce en la región del tórax, produciéndole la muerte inmediata.

Según la sentencia, el ataque fue sorpresivo e inesperado, por lo que la víctima, que estaba casada con él desde hacía veinticuatro años y con la que tuvo seis hijos, no tuvo la oportunidad de defenderse.