Transcurridos apenas unos minutos de su salida la procesión de la Comunión Pascual volvió al interior de la basílica, para decepción de los numerosos fieles que en la mañana de ayer se dieron cita en la basílica de Santa María a fin de festejar una nueva edición del tradicional Viático.

Una vez recogido el desfile, la oración al Santísimo y la bendición pusieron punto final a la celebración religiosa, que en este 2016 se vio totalmente deslucida por el mal tiempo. Éste dio al traste ya en la tarde del pasado sábado con los largos preparativos de los vecinos de la parroquia, que reunieron durante días sal, serrín, pétalos y verde para confeccionar las alfombras florales.

Todavía ayer podían verse en distintos puntos del recorrido sacos con material vegetal que los vecinos pensaban utilizar para diseñar las alfombras florales que recibirían a la procesión. La idea inicial era adornar los suelos de distintos puntos del recorrido, caso de la calle Xan Guillerme, Campo da Torre o las inmediaciones de la plaza de toros.

En los trabajos colaboraban medio centenar de vecinos que a media tarde optaron por suspender los alfombrados ante la fuerte lluvia y el viento. Puntos del recorrido como Xan Guillerme amanecieron ayer adornados con palmas para recibir a la procesión.

Por primera vez varias cofradías de la ciudad (las del Silencio, Amor Hermoso, Veracruz y Misericordia y Espíritu Santo) fueron invitadas por el Gremio de Mareantes a portar el palio bajo el que desfila la custodia.

Así, cuatro representantes de las cofradías y dos del gremio portaron las varas del palio en los pocos minutos que tardó el desfile en recogerse, ya que solo llegó hasta la puerta del inmediato sanatorio Santa María antes de que la organización tomase la decisión de suspender la cita.

Entre los participantes, la Banda de la Escuela Naval, cuyo director fue invitado a portar una de las insignias del Gremio de Mareantes.

Se trata de la única de las cuatro procesiones de la Comunión Pascual que continúan celebrándose en Pontevedra, una celebración solemne que ha dejado de denominarse Viático, un término "preconciliar", recuerda el párroco, Javier Porro para un desfile que antes se dedicaba exclusivamente a personas en trance de muerte, mientras que en la actualidad se concibe para aquellos feligreses que por motivos de enfermedad, una discapacidad u otros motivos no pueden acudir a la iglesia en Pascua.

Los asiduos al desfile religioso recordaban ayer que "nunca en los últimos diez años hubo que suspender la procesión, y con anterioridad en un ocasión cayó un fuerte chaparrón pero ya cuando estaba en el tramo final, ante la capilla del San Roque, así que obligó a acelerar la retirada pero no impidió que se celebrase" como en esta ocasión.