El plan de Maersk de trasladar los tráficos que opera en Vigo al puerto de Marín, adelantado ayer por FARO, inquieta a la comunidad portuaria viguesa. De prosperar el planteamiento de la naviera, una de las líderes mundiales en el transporte de contenedores, Guixar perdería la cuarta parte de su actividad. Para los responsables de esta terminal, Termavi, las intenciones de la compañía de mudarse al puerto pontevedrés no les cogió por sorpresa al ser informados directamente por directivos de Maersk en un encuentro en Algeciras. De hecho fueron los responsables de Termavi quienes pusieron sobre aviso a la Autoridad Portuaria de Vigo, y casi al mismo tiempo hicieron lo mismo con los estibadores, aunque a estos sólo les advirtieron que una "importante naviera" podría marcharse por los elevados costes de las operaciones en Guixar.
Desde Maersk, a cuya central en Madrid y Copenhague dirigió ayer este periódico sendas solicitudes de información para que concretase el alcance de su plan de traslado a Marín, guardan ese "mutismo total" que el día anterior reprochaba el presidente del Puerto de Vigo, Enrique López Veiga, desconcertado por la actitud de la compañía. Tampoco desde Termavi quisieron dar explicaciones pese a los reiterados intentos de este diario. Trabajadores de esta concesionaria afirman que "ni siquiera Termavi" saben qué exactamente se llevaría Marín de la actividad que Maersk Line desarrolla en Vigo, "si una parte o toda", matizan.
Este hermetismo alimenta la sospecha entre la comunidad portuaria viguesa de que el puerto pontevedrés, al que todos ven sin infraestructura ni calado para atender a los buques portacontenedores, "se saldrá con la suya de tanto tirar los precios, y al final, algún tráfico de Vigo se llevará", como resume un veterano operador. "No me sorprendería que ocurriera lo mismo que con los tráficos de la fruta y los eólicos, que acabaron en Marín", comentaba ayer el consignatario Juan Martínez. Detrás de la marcha de esas mercancías estuvo, según coinciden todas las fuentes consultadas, la "barata" mano de obra en el puerto pontevedrés, con apenas una veintena de estibadores, frente a los 120 de Vigo. El alto coste de las operaciones en Guixar parece haber sido determinante para que la naviera danesa fallase a favor de la terminal de contenedores de Marín en el concurso celebrado en India donde adjudicó sus operaciones para 2016, y en la que la oferta presentada por la empresa homóloga en Vigo, Termavi, resultó perdedora.
A otro al que tampoco le sorprendería que Maersk abandonase Vigo es al gerente de la Asociación de Empresas Consignatarias y Estibadoras de Buques de la Provincia de Pontevedra. "Estamos en una economía de mercado, y las navieras se van donde es más barato. Además, cuando se gana un tráfico siempre hay un perjudicado, porque se lo quitas o lo pierde otro puerto", razona Ramón Cortegoso, perteneciente a una asociación que preside Pedro Pérez Torres, el consignatario que explota la terminal de contenedores de Marín, beneficiaria de la posible llegada de Maersk. También en esta compañía declinaron ayer pronunciarse al respecto.
Mientras crece la preocupación en el sector portuario de Vigo y por extensión en su Autoridad Portuaria, como admite su presidente, en el recinto de Marín se ejecutan obras que al menos los operarios de estos muelles vinculan el desembarco de Maersk. Como las conexiones para los reefers, los contenedores que transportan carga perecedera como la pesca congelada. Su presidente, José Benito Suárez, ya había reconocido que los técnicos de la naviera realizaron mediciones en el antiguo muelle de contenedores de Marín, espacio que la Autoridad Portuaria cedería de manera íntegra a la multinacional. Marín construyó recientemente una nueva terminal de contenedores, de modo que podría ceder la anterior, en toda su superficie, a esta naviera danesa.
En todo caso, de confirmarse la operación, Suárez precisa que "no sería mañana, ni dentro de un mes; estas son decisiones que requieren un largo período de estudios y análisis antes de concretarse".
