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La Brilat adjudica trabajos para restaurar los terrenos del campo de tiro y la "aldea afgana"

Las obras forman parte del convenio suscrito con los comuneros de Salcedo

La empresa pontevedresa Construcciones y Servicios San Blas ha sido elegida por el Ministerio de Defensa, a través de la Dirección general del Servicio Militar de Construcciones, para acometer los trabajos de "demolición y restauración del terreno en el campo de tiro, travesía urbana y aldea afgana" de la base General Morillo de la Brilat. Se trata de una fase de obras sencilla, de apenas quince días de duración y poco más de cien mil euros, pero que supondría dar casi por concluido el traslado de las instalaciones militares de monte comunal de Salcedo en virtud del acuerdo entre Defensa y los comuneros de esta parroquia. De hecho, en octubre pasado la asamblea de esta comunidad de montes aprobaba el proyecto de recuperación de la orografía natural del actual campo de tiro de la Brilat.

Se trata de una actuación que se suma a las regeneraciones forestales que está llevando a cabo la comunidad de montes en terrenos recuperados a la Brilat como ya ocurrió con el poblado urbano, la aldea afgana, derribada hace más de un año, y la caseta de tiro en los que ya se realizaron los derribos de las instalaciones militares y se recuperó la orografía natural.

La intención de los vecinos en el campo de tiro una vez que entre en servicio el nuevo y se anule el actual, es poner en valor una superficie de cinco hectáreas para convertirlo en un área multifuncional sostenible que complemente el resto del patrimonio arqueológico y etnográfico que está a su lado. En aquella asamblea también se hizo balance de la recuperación de este patrimonio, con la conclusión de que la comunidad de montes lleva plantados en los últimos tres años más de 18.000 árboles y se puso en valor un total de 70 hectáreas de terreno comunal.

En los últimos meses, tras firmarse el citado acuerdo en julio de 2014, Defensa ha ido avanzando en despejar de instalaciones militares todos los terrenos recuperados por los vecinos, una labor que los comuneros elogian. En el caso del campo de tiro, el cierre del viejo implica la puesta en servicio del nuevo, en el linde de los montes de San Xulián, en Marín.

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