La consellería do Mar, Rosa Quintana, visitó ayer la cofradía de Vilaboa, donde miembros del cabildo mostraron el funcionamiento de la máquina limpiadora de alcas en la playa de Riomaior. Este aparato fue adquirido por la entidad en el marco de las ayudas para el acondicionamiento y regeneración de bancos marisqueros con problemas de pérdida de producción, que anualmente concede la consellería do Mar.

Dentro del marco de la visita, la conselleira aprovechó para trasladar que, dentro de estas subvenciones, fue posible regenera y acondicionar desde el 2010 más de 8 millones de metros cuadrados de bancos marisqueros con pérdida de productividad. En este sentido, destacó la iniciativa del colectivo de Vilaboa par adquirir este aparejo que le permitirá gestionar la acumulación masiva de algas sobre el sedimento, así como mantener la producción de sus zonas marisqueras.

Quintana recordó la apuesta de su departamento por la recuperación de los bancos marisqueros con problemas de pérdida de productividad. De ahí a que cada año se convoque una orden de aportaciones para que las cofradías y colectivos de productores puedan acogerse a ella y llevar a cabo sus proyectos para contribuir de forma sostenible a mejorar la gestión y conservación de los recursos marinos vivos. Trasladó que desde el año 2010 se aprobaron un total de 170 proyectos que contemplaron trabajos de aporte sin concha, arado, sembradoras pro preengorde en batea, entre otras actividades.

La máquina juntadora de algas puesta a prueba ayer, funciona enganchada a un tractor y sirve para amontonar en filas la capa vegetal depositada en la arena de la playa para recogerla posteriormente con un autocargador o remolque.

En Vilaboa ya fueron pioneros con la recogida de las algas con máquinas desde septiembre de 2009, y en el que la Xunta aportó más de 70.000 euros para sufragar el proyecto. Este sistema ahorra mucho trabajo a las mariscadoras, que hasta el momento se veían forzadas a recoger las algas manualmente, provocando que perdiesen mucho tiempo y los bancos marisqueros sufrían problemas por la falta de oxigenación causada por la corrupción de las algas sobre la arena.

La máquina, aplicando una tecnología tipo noria e inspirada en las dragas de los canales, lleva unas púas que barren el suelo y enganchan las algas amontonadas. Un mecanismo interno, una especie de tren en movimiento, las lleva hasta un rodillo que al girar va depositando las algas en un recipiente posterior.