El PP se declaró ayer, una vez más, favorable a la creación de una planta de compostaje para tratar la materia orgánica de Pontevedra pero se inclina por su ubicación fuera del municipio ya que en él "genera oposición vecinal". Sin detallar donde se podría crear, el portavoz popular, Jacobo Moreira, sostiene que Canicouva (donde ya existe una adjudicación de alquiler de terrenos a su comunidad de montes) no es la mejor opción y solicita que se anule ese contrato al ver "cosas extrañas", en especial que se trató de un "concurso a la carta" para seleccionar precisamente esa ubicación y que "se pagará 24.200 euros al año a los comuneros por unos terrenos sin uso varios años".

En su día, el PP propuso una suspensión cautelar de las licencias para plantas de compost durante un año, como ocurrió con los crematorios, pero por el momento mantiene aparcada esa opción y apuesta por anular la adjudicación a Canicouva "para buscar una ubicación donde no genere rechazo vecinal", condición impuesta por el PP para apoyar el proyecto.

Moreira admite que esa condición es difícil de cumplir sea cual ser el lugar elegido, por lo que apunta que "a lo mejor no hay que traer la basura a Pontevedra, no tiene por qué ser en el municipio".

El PP rescata todo el proceso llevado a cabo por el Concello desde mayo de 2014 para apuntar ahora que fue "un paripé". En el verano del pasado año se abrió una recepción de ofertas para albergar la planta , con la propuesta de Campañó, pero que fue desestimada después por no cumplir las condiciones. En diciembre, los comuneros de Canicouva lanzaron su oferta pero llegó fuera de plazo, por lo que se convocó otro concurso para dar plena validez a esta segunda alternativa y dar opción a otras posibles ofertas, que nunca llegaron. Por ello, Moreira califica este segundo trámite como un "paripé que puede acabar con la planta sin ejecutarse, pero pagando por un alquiler de terrenos, lo que parece que se regalarían 100.000 euros a los comuneros".