"Hay gente que solo viene por el codillo, que se prepara en un horno de A Santiña siguiendo una receta que es muy simple y apetitosa", explica uno de los organizadores de la Outubrofest a propósito del que es uno de los platos estrella de la fiesta. Y con la gastronomía, litros y litros de cerveza que han despachado este fin de semana los alrededor de 250 voluntarios que colaboran con la celebración.

Un año más, las familias y grupos de amigos constituyen el grueso del público. Solo el club organizador cuenta con 170 jugadores federados, cuyas familias se pasaron a lo largo del fin de semana para dar buena cuenta de las jarras de cerveza y de las salchichas.

Entre los más jóvenes triunfan especialmente las salchichas de medio metro y de un metro, que se sirven a 6 y a 10 euros, respectivamente, y que hacen especial gracia a los deportistas adolescentes.

"Es una oportunidad para comer con la familia pero también para apoyar al deporte y los niños se encuentren son sus amigos", explicaba una de las abuelas que ayer acompañó a sus hijos y nietos a la celebración.

Ésta cerrará hoy sus puertas tras cinco días de actividad que permiten recaudar fondos para el sostenimiento de la temporada del Pontevedra Rugby Club. Sus responsables estiman que la fiesta contribuye a sufragar hasta un 30% de la actividad anual de estos equipos.

A pesar de haber iniciado su andadura en plena crisis (la Outubrofest arrancó hace siete años y es la fiesta de la cerveza más antigua de España tras la de Zarauz) esta cita está plenamente consolidada, como probaban los llenos registrados en la madrugada de ayer, cuando cientos de personas llenaban la plaza.

A pesar de esta gran afluencia y de los miles de litros de cerveza despachados, la organización se felicita porque "no se ha registrado ni un solo incidente".