El alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, admitió ante los vecinos de A Reigosa que la anulación de la licencia del crematorio es prácticamente imposible porque el anterior regidor "dejó todo atado para que fuera muy difícil revertir la situación". La única esperanza es el proceso judicail abierto por los comuneros, si bien Díaz insiste en la "complejidad" del proceso para lograr un hipotético cierre de la instalación. Esgrime que el volumen edificado del recinto cuanto se produjo el cambio de gobierno suponía que una anulación supondría "una hipoteca inasumible para el Concello" en indemnizaciones.

En todo caso, el alcalde insiste en que el gobierno local, que le acompañó casi en su totalidad en la asamblea con los vecinos de A Reigosa, estará "muy vigilante" para que el crematorio cumpla las condiciones ambientales y "si se produce alguna incidencia, proceder al cierre cautelar".