El Concello de Pontevedra está en vías de convertirse, si no lo ha hecho ya, en el municipio donde mayor número de reparos se levantan al año. En los últimos tres ejercicios cerrados (de 2012 a 2014) el alcalde Miguel Fernández Lores ha desoído hasta 629 de estas advertencias de los técnicos, y además, en aumento año a año. Si 2012 se cerró con 138 de estos avisos levantados, al año siguiente ya se pasó a 206 y en 2014 se llegó al récord de 285, incluyendo la Conta Xeral del Concello más las actuaciones de los organismos autónomos del Instituto Municipal de Deportes y del Pazo da Cultura.

Este elevado número ya ha llamado la atención del Consello de Contas, que a principios de año anunció una exhaustiva investigación con el fin de fiscalizar este asunto, unas pesquisas que se prolongan desde febrero y cuyas conclusiones probablemente no se conozcan hasta 2016. Este estudio del Consello de Contas se activó por poco más de 200 advertencias ignoradas, pero un año después ya se acercan a las 300. Entre los posibles fraccionamientos de contrato de 2014 figuran las inspecciones de los padrones fiscales, el suministro de asfalto, la reparación de la antigua residencia de la ONCE y actuales en alumbrado, entre otras.

Otros casos

También hubo reparos por prórrogas irregulares, pagos sin cumplir la normativa, por las horas extra y gastos sin factura, por la falta de un informe sobre la estabilidad presupuestaria a la hora de adquirir un solar en Ponte Bolera o, en el caso de Sogama, por las discrepancias entre el Concello y la empresa por la cuantía del canon de la basura. Los técnicos también alertaron de anomalías en facturas de mantenimiento de ascensores, la red semafórica y las comunicaciones de la Policía Local, por fotocopiadoras, por obras de emergencia a causa de los temporales, por el suministro de combustible, por la redacción de los planes de parroquias o por los trabajos de la huerta urbana de Conde de Bugallal, por ejemplo.

En el IMD se alertó en varias ocasiones de contratos sin fiscalizar o sin cumplir la normativa para la organización de diversos eventos deportivos, mientras que en el Pazo destacan los avisos por el contrato de mantenimiento de esas instalaciones de A Xunqueira y del recinto ferial.