La Operación Centinela Gallego, sobre la prevención y detección de incendios, y en la que participó personal de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable (Brilat) de Pontevedra, finalizó el pasado martes después de dos meses de trabajo en los que se registraron más de 170 avisos sobre fuegos, quema de rastrojo, presencia de personas sospechosas y de material incendiario, que fueron facilitados a las autoridades autonómicas responsables.

Para esta finalidad se desplegaron 450 militares, que recorrieron más de 470.000 kilómetros y que este año, por primera vez, realizaron medio centenar de vuelos con el sistema RAVEN, mini avión no tripulado.

Además del personal y medios de la Brilat de Pontevedra, tomaron parte en "Centinela Gallego" los de las sedes de Asturias y Valladolid y de unidades de la Armada, pertenecientes al Tercio Norte de Infantería de Marina de Ferrol.

A la vista de estos datos, el balance es "positivo", según el Ministerio de Defensa, que afirmó ayer, a través de una nota de prensa, que "el objetivo de la operación se considera cumplido".

Las unidades, estuvieron bajo el mando táctico del jefe de la Brilat, general de brigada Luis Cebrián Carbonell, que ejerció la coordinación de todos los medios.