Todo el pueblo de Moraña se concentró ayer a las puertas de la Casa do Concello para recordar a Candela y Amaia, las dos pequeñas asesinadas presuntamente a manos de su padre en O Casal. En el pleno más complicado de la corporación se decretaban oficialmente tres días de luto local. La emoción y el dolor saltaron a los rostros de todos los presentes.

La cara y la cruz. Nada quedaba de la alegría que se recogía hace apenas una semana durante las fiestas del Carneiro ó espeto en la calle Nº1, la principal del casco urbano. Ayer los morañeses volvían a salir a la calle, completamente abarrotada, pero con el silencio más respetuoso por la familia de las niñas fallecidas. A las 21 horas se había convocado un pleno extraordinario, pero el boca a boca no falló y vecinos de diferentes parroquias se concentraron para condenar el asesinato de las dos pequeñas.

El pleno fue más que un acto institucional para muchos de los concejales. La relación cercana que une a la alcaldesa, Luisa Piñeiro, con Rocío, la madre de las niñas, dificultó enormemente que la regidora, muy afligida por los hechos, pudiera a penas hacerse oír en el salón de plenos. Con la unanimidad más absoluta, se acordaba declarar luto oficial desde medianoche de hoy hasta el próximo martes, durante el cual todas las banderas de los edificios institucionales ondearán a bandera asta. En el segundo punto, se mostraba la "condolencia y solidaridad del pleno y de todas los vecinos de Moraña" a las familias de las víctimas. También se acordó suspender todos los actos institucionales y organizados por el Concello respetando el luto decretado.

Finalmente, ya con las lágrimas de muchos de los concejales a flor de piel, mostraban su "máxima condena" contra la violencia machista. Tras tener que ser relevada en la lectura del acuerdo por el teniente alcalde, Jorge Caldas, a quien también le una gran amistad con la madre de las pequeñas, la alcaldesa tomaba de nuevo la palabra para anunciar el riguroso minuto de silencio que realizaron los miembros de la corporación en la calle Nº1, con los demás vecinos concentrados.

El minuto de silencio culminaba con un sonoro aplauso que se prolongó en el tiempo, mostrando así el recuerdo por las pequeñas. De nuevo la alcaldesa se dirigió a sus vecinos, para pedir "recordad a Candela y Amaia, las niñas de la sonrisa", en un discurso que se cortó por la emoción y los llantos que compartían muchos de los presentes, entre los que estaban personas cercanas a la familia y allegados que mostraban así su rechazo por el parricidio. Entre ellos, padres que conocían a las pequeñas por compartir actividades extraescolares con sus hijos y otros más cercanos.

Al acto se sumaron un buen número de personas de municipios vecinos, como Caldas, Cuntis o Campo Lameiro. Además también estuvieron otras autoridades, como los diputados autonómicos Jesús Goldar y Paula Fernández, los diputados provinciales la morañesa Eva Villaverde, Rafael Louzán, Nidia Arévalo y Ángel Moldes, los regidores de Cuntis y Barro, así como miembros de la corporación municipal de Caldas.