No solo el Concello afronta este verano una crisis inusual, también la Federación de asociacións de nais e pais (Fanpa) de Pontevedra hará un esfuerzo adicional parta y por eso asumirán el coste de 30 plazas (becas) en el servicio de comedores de las ludotecas estivales que organizan y gestionan, en el marco del convenio anual de colaboración que tienen con la administración local. "Es una situación de emergencia, excepcional" apuntaba ayer el presidente de la Fanpa, Rogelio Carballo ,que explicaba que si bien el convenio fija un 10% de plazas becadas para niños con dificultades, en estos meses de julio y agosto además becarán 30 plazas en los dos comedores que darán servicios a las ludotecas.

Al igual que ocurre con las becas de los comedores escolares -tres plazas en cada uno de los quince existentes en los colegios públicos de la ciudad-, nadie sabrá quienes son los pequeños subvencionados. Una discreción que tiene como objetivo evitar la estigmatización del menor sin recursos, explica Carballo.

La prolongada crisis económica ha provocado que muchas familias tengan dificultades para hacer frente a cuestiones básicas como el pago de servicios de primera necesidad como el agua o la luz, e incluso para acceder a una alimentación equilibrada. Esta última problemática afecta especialmente a los más pequeños y se agrava en verano con el cierre de los comedores escolares, la única garantía para algunos menores de recibir una alimentación adecuada debido a las dificultades por las que atraviesan sus familias.

Después de que algunas asociaciones y organizaciones no gubernamentales dieran la voz de alarma en Galicia en los últimos días, muchos de los concellos de la comarca de Pontevedra han dedicado esta última semana a conocer la dimensión del problema, identificar aquellos menores que pudieran encontrarse en situación de riesgo y adoptar las medidas correctoras oportunas.

Así ocurre en la capital en donde se han dado ya estos tres pasos. En primer lugar, a través de los Servizos Sociais do Concello elaboraron una lista (que todavía no está cerrada) de los niños que pudieran encontrarse en esta situación en el municipio de Pontevedra en la que han incluido hasta 70 menores que pudieran tener problemas para obtener una alimentación adecuada debido a la falta de medios de sus familias. Ante esta situación el gobierno local ha optado por otra solución diferente a la reapertura de los comedores escolares en verano -aunque agradeció la "colaboración" de la Consellería de Educación que se brindó a poner a disposición de los ayuntamientos los comedores de los colegios- pues consideran que no se trata de un problema de "espacios", sino de alimentos de primera necesidad "para niños que, en algunos casos, no tendrían ni para una comida diaria". Así, independientemente de otro tipo de iniciativas que puedan surgir, la concellería de Benestar Social Municipal optó por entregar una compra semanal a aquellas familias más necesitadas, a través de un supermercado de la ciudad, que incluirá productos frescos y de primera necesidad. La compra que se entregue a cada familia dependerá de su número de miembros.

Garantías

El Concello de Pontevedra quiere "tener la garantía de que estos niños puedan comer en sus casas con sus padres y hermanos, sin tener que desplazarse a ningún lado" lo que redundará en la autoestima de todo el núcleo familiar.

Por otra parte, gracias al esfuerzo realizado por la Fanpa, este verano las ludotecas estivales que en la ciudad incluye servicio de comedor, becará a una treintena de niños para que se sumen al almuerzo colectivo.

Pontevedra es el municipio en el que más avanzado está este dispositivo para impedir que ningún niño padezca algún tipo de carencia alimentaria durante los meses verano. No obstante, hay otros ayuntamientos como Caldas de Reis y Vilaboa que también se están enfrentando de forma decidida al problema. Juan Manuel Rey, alcalde de Caldas (localidad que cuenta con un único colegio con comedor, el San Clemente), explica que la semana próxima él mismo mantendrá una reunión con las asociaciones de padres y madres de alumnos para identificar el número exacto de alumnos que pudieran tener alguna dificultad y adoptar de manera consensuada la mejor solución para garantizar que puedan recibir una alimentación correcta también durante el verano.

Una primera evaluación realizada por los Servicios Sociales estima que el número de menores cuya familia pudiera encontrarse en dificultades podría ronda los 40, aunque prefiere ser cauto con las cifras, dado que no están confirmadas. En cualquier caso, Juan Manuel Rey asegura que "no vamos a dejar que haya niños que pasen por algún tipo de dificultad".

En Vilaboa es otro de los ayuntamientos en los que el propio alcalde lleva varios días analizando la situación. Allí cuentan con un colegio, el CEIP Riomaior, que tiene 46 usuarios y no todos utilizan este servicio todos los días de la semana. Actualmente está en contacto con los Servicios Sociales y las Anpas que gestionan el comedor por si pudieran identificar algún caso "en situación crítica" y abordar junto con la Xunta y Asuntos Sociales su posible solución. En cualquier caso, se mostró también partidario de dar solución al caso dentro de las propias familias, con el objetivo de no estigmatizar a estos menores. En Poio, la concejalía de Educación también evalúa la situación con las ANPAs aunque también apuestan por una solución a través de los servicios sociales del concello que ya atienden todo el año a este tipo de familias y sin que se pueda estigmatizar a estos menores.

Otros ayuntamientos como Sanxenxo o Marín han indagado preguntando a los Servicios Sociales o a sus departamentos de Educación para comprobar si tenían algún caso problemático en sus municipios y la respuesta ha sido negativa, mientras que en Cotobade el alcalde, Jorge Cubela, está a la espera de lo que determine la Xunta de Galicia como la mejor fórmula para afrontar este tipo de situaciones. Mientras tanto, actúan en los casos más urgentes aprobando ayudas de emergencia social para las familias más necesitadas o a través de los convenios que tienen firmado con colectivos como el Club de Leones o Cruz Roja.

Una cesta de la compra semanal, con productos frescos y básicos que cubran las necesidades de los menores y sus familias. Es la solución arbitrada por el departamento municipal de Benestar Social para garantizar una alimentación adecuada de todos los niños pontevedreses, entre los que han detectado setenta casos de pequeños que carecerían de al menos dos comidas al día.

"Haremos llegar a los hogares cada semana la cesta de la compra, atendiendo necesidades especiales de alimentación, el número de residentes y la edad" explicaba ayer la concelleira de Benestar, Carmen Fouces, que remarca que con esta actuación se persiguen dos objetivos: garantizar una alimentación equilibrada de los menores y mantener la cohesión familiar." En principio este programa se desarrollará en julio y agosto y pasado el verano se evaluará si es oportuno o no mantenerlo.

Entre los 70 menores en riesgo, son mayoría los que viven en el ámbito rural, en donde el paro, el fin de las prestaciones y el agotamiento de la red de amparo familiar los aboca a la exclusión.