"El fin de la película Fendorelha es denunciar la ambición humana, también pretendo llamar la atención sobre los temas de África y del feísimo gallego", explica Augusto Fontám, que el próximo día 5 de diciembre presentará en el Teatro principal su nuevo cortometraje, "Fendorelha", un audiovisual que ha contado con la colaboración de caras tan conocidas como El Gran Wyoming o Leo Bassi.

-Una vez más ha contado con actores, aunque con colaboraciones muy especiales...

-Muy especiales, son las de Leo Bassi y El Gran Wyoming, son dos personas a las que les pedí el favor de participar y ellos se prestaron de un modo totalmente desinteresado, algo que me sorprendió aún más porque yo no tenía ninguna relación con ellos, son dos personas maravillosas y humildes que se pusieron a disposición para lo que hiciese falta,. Y después el resto de los actores son todos vecinos de Pontevedra, digamos que yo le llamo a "Fendorelha" cortometraje, pero personas que la vieron y que entienden de cine consideran que es más un documental, a quien le gustó mucho y de hecho la va a presentar el día 5 en el Teatro Principal es al actor Celso Bugallo, otro apoyo que agradezco mucho, como también el de Xoán López, fundador del grupo Treixadura, que va a interpretar un par de piezas en la presentación.

-¿Ya no tenemos medida con nuestra depredación?

-Totalmente y "Fendorelha" quiere denunciar esa ambición, desde una óptica netamente gallega, y para ello me baso en tres personajes, uno es ciego y recorre Galicia con una cámara de fotos aún siendo ciego, es un personaje un poco surrealista, captando imágenes del feísimo que por egoísmo, por ambición y por envidias ha dado lugar a unos edificios y a unas destrucciones curiosísimas. El segundo personaje es uno que era contable del sector de la construcción y con la crisis esta última busca trabajo, no lo encuentra en ningún lado, solo últimamente le dan uno de butanero, pasa de ser un oficinista a andar con un camión descargando bombonas de butano, pero su afición oculta, que no transmite a los demás, es que es poeta, escribe poesía. Y el tercer personaje es ya más curioso y controvertido, una persona que termina su carrera de marino mercante, se enrola en un barco como capitán, va desde el norte de Galicia a África y a la vuelta del viaje no quiere saber nada más del mar, se mete a trabajar de farero pero también debido a la situación económica actual queda sin trabajo sin farero, no encuentra nada en esta zona de Pontevedra, hasta que encuentra uno que curiosamente es de tanatoplasta, es decir de maquillador de muertos, y también tiene una afición oculta, que es componer canciones.

-Compone una canción especial...

-A un hecho que los medios reflejasteis hace un tiempo, que es una vaca que vendió una persona de Campañó a un señor de Pontesampaio, se la llevó allá y la vaca al día siguiente escapó de su nueva casa y vino por toda la autopista y se vino a Campañó, pues éste elabora una canción a partir de ese hecho y se la canta al Gran Wyoming, es para partirse de la risa (risas), hay que verlo porque una cosa es decirlo y otra verlo en persona. Y así es más o menos toda la trama, con todo ello se va denunciando la ambición humana. Y el final de la película lo protagoniza Leo Bassi haciendo una crítica contra la ambición humana y hablando de una situación concreta en Cangas.

-En este nuevo documental repite claves, como el interés por la cultura, la defensa de la soberanía cultural o los actores pontevedreses ¿también repite con la autofinanciación?

-Totalmente, sigo en la misma, sin subvenciones ni nada, yo soy una persona que está en el paro, sigo autofinanciándome yo, simplemente que los actores no cobraron absolutamente nada y los cámaras tampoco, y todo lo hice yo sin recursos ni ningún tipo de ayudas.

-¿Qué le parece la situación del audiovisual gallego?

-Debemos buscar a través del audiovisual gallego también un modo de reivindicación, como hacen otros países, aquí increíblemente se presta más atención a los toros, que no es cultura, que a trabajos del audiovisual gallego que están haciendo muchos jóvenes que ya han concluido sus estudios y son muy buenos, deberían preocuparse mucho más de potenciar esta otra forma de expresión que no es poesía, literatura o pintura, pero es un modo de expresión muy actual y muy importante.