El miércoles arranca en Madrid una decisiva negociación para el futuro de la Brilat entre el Ministerio de Defensa y la comunidad de montes de Salcedo, propietaria de la práctica totalidad de los terrenos sobre los que se asienta la base General Morillo después de que así lo reconociese una sentencia, ya firme, de la Audiencia Provincial de Pontevedra. Una negociación decisiva para la base a raíz de las declaraciones a FARO del director general de Infraestructuras de Defensa, Eduardo Zamarripa, quien reconocía que sin acuerdo para la cesión de los terrenos "la Brilat se iría de Pontevedra".

Estas palabras no han gustado nada en el seno de la Comunidad de Montes de Salcedo a tan solo unos días de sentarse a dialogar. Para su presidente, Fernando Pintos, las advertencias sobre una posible marcha de la Brilat si la negociación no fructifica no es la mejor manera de afrontar un proceso un proceso negociador en el que, insiste, ambas partes tienen un mismo objetivo: Que la base de la Brilat continúe en el actual emplazamiento pero estableciendo un pacto que permita convivir la actividad militar con el uso vecinal del monte de forma armoniosa, como ya sucede actualmente. Cabe recordar que todas las partes admiten que los pasos para garantizar una convivencia armoniosa entre la base militar y los vecinos de Salcedo ya se han dado, por lo que restaría tan solo el acuerdo económico para la cesión del terreno.

"Irresponsabilidad"

Por este motivo, Fernando Pintos calificó ayer las continuas alertas que se lanzan desde Defensa sobre una posible marcha de la Brilat como "una irresponsabilidad". "Pedimos seriedad y coherencia", añadió, ya que "este tipo de declaraciones no hacen más que añadir incertidumbre y tensión entre las partes implicadas, tanto entre los vecinos de Salcedo como entre los propios militares que trabajan en la base así como los vecinos de Pontevedra que apoyan mayoritariamente que la base permanezca en su actual ubicación". Y es que no cabe olvidar que, al gran reconocimiento por parte de la mayor parte de los pontevedreses hacia la labor que desarrolla la Brilat, hay que sumar la importancia que la instalación militar tiene en el aspecto económico, ya que se calcula que su impacto en la ciudad es de unos 40 millones de euros.

Para Pintos, las manifestaciones que en las últimas semanas se están realizando desde Defensa y que no descartan una posible salida de la Brilat de Pontevedra tan solo buscan acrecentar la presión sobre la comunidad de montes ante la inminente apertura del proceso negociador: "La única explicación a estas palabras es crear el ambiente necesario para casi forzarnos a regalar los terrenos". Pintos recuerda que su intención es cumplir el mandato de la asamblea de los comuneros: restaurar la legalidad después de más de cien años en los que el monte vecinal estuvo ocupado por los militares de forma irregular: "No se trata de cobrar una cantidad para repartir entre los comuneros, sino de recibir una compensación para invertir en el propio monte y recuperarlo de la situación de abandono en la que ellos lo dejaron". Insisten que solicitarán como canon anual una cantidad que es razonable y que "casi está marcada por la propia ley". Recordó también que esa "cláusula de continuidad" que reclama Defensa para garantizar un futuro estable para la base ya la incluyen su propuesta, ya que la asamblea de comuneros les dio el visto bueno para negociar una "cesión indefinida" de los terrenos. "Somos conscientes de que vamos a negociar la cesión del monte para una base militar, no para un kiosco o para un chiringuito de playa que son a cinco o veinte años", dijo Pintos, "por lo que exigimos algo de seriedad".

"La base seguirá ahí"

El presidente de la Comunidad de Montes de Salcedo se muestra convencido "de que la Brilat va a seguir donde está, la base no se va a marchar de ahí", algo que demuestra el hecho de que los militares están haciendo "inversiones importantes" en el monte que les cederán los vecinos.