El astillero pontevedrés Nodosa y el vigués Cardama han dirigido su mirada, y sus propuestas, hacia Marruecos, en donde el gobierno anunció la puesta en marcha de líneas de financiación específicas para la renovación de la flota del país.

Ambas firmas confían en sus largas trayectorias como constructores de buques de pesca y en relaciones comerciales pasadas con armadores alauitas para que la balance de las contrataciones se incline a su favor pero, reconocía ayer el gerente de Nodosa, Rafael Outeiral, "estamos esperando, muy atentos, a cualquier movimiento, a cualquier noticia, para interactuar".

Nodosa centra su atención en la posibilidad de hacerse con la construcción de pesqueros de cerco, de la flota más artesanal. Una apuesta que difiere de la de otros astilleros gallegos y españoles más interesados en los contratos que puedan derivar de la modernización de la flota mayor: arrastreros, por ejemplo.

La obsoleta flota marroquí está integrada por más de 1.800 buques y el plan de ayudas oficiales, que bonifica hasta el 30% de la construcción, se ha marcado como objetivo la renovación del 75% de la misma.

Outeiral recuerda que tienen experiencia en la construcción de auxiliares de almadraba para el puerto de Larache y que en la actualidad en sus instalaciones del puerto de Marín se está construyendo una draga para una empresa de Casablanca.

Se trata de una draga de succión de casco partido, de 1.500 metros cúbicos de capacidad, la más grande armada en el astillero, que está previsto entregar antes del verano.