Un vial convencional de un kilómetro de longitud entre la PO-542 (O Pino-Bora) en O Marco y la carretera de Ponte Caldelas en la zona de San Mauro, que obligará a expropiar al menos unos 15.000, que contará con un carril para bicis y peatones de cuatro metros de ancho y que se configura como el primer tramo de la ronda urbana que el Concello diseñó hace una década. Son las características básicas de la futura carretera que servirá en 2016, cuando se calcula que está en funcionamiento, como nuevo acceso sur a la ciudad infantil Príncipe Felipe y el Hospital Montecelo y cuya ejecución fue objeto del convenio firmado ayer entre el presidente de la Diputación, Rafael Louzán, y el alcalde de Pontevedra, Miguel Fernández Lores.

El acuerdo, de 2,42 millones de euros (de los que la Diputación aporta un millón) sirvió para escenificar una vez más la evidente buena relación personal entre Lores y Louzán y también la "colaboración institucional" entre ambos gobiernos. Tanto uno como otro no dejaron en toda la ceremonia de destacar la "lección" que supone este convenio, hasta el punto de que el presidente provincial inició su intervención diciendo que "aunque no parezca habitual, es real", la firma de un acuerdo entre un dirigente del PP y otro del BNG, algo que, por otra parte "se da a menudo" entre estas dos entidades porque es lo que los ciudadanos demandan".

La carretera pactada ayer tendrá una fisonomía casi idéntica al vial entre Lérez y el puente de Monte Porreiro, ejecutado en virtud de un convenio parecido firmado por los mismos protagonistas en 2008. En este caso, se trata de abrir un nuevo acceso que "evite el paso por la rúa das Pereiras (entre O Marco y Pedra do Lagarto), un "camino muy transitado pese a que apenas se pueden cruzar dos coches", y se sumará a "otras actuaciones comunes" que Louzán cifró en "unos 60 millones de euros en los últimos ocho años" al citar también Pasarón y el Museo. Según el convenio, la Diputación redactará el proyecto y tramitará las expropiaciones, aunque las financiará el Concello con un previsión inicial de 500.000 euros, y las obras se pagarán a partes iguales, a razón de 900.000 euros cada administración. La intención es que el vial esté en servicio en 2016 "aunque trataremos de adelantarlo a 2015", apuntó Louzán.

Tanto el presidente provincial como el alcalde no dejaron de lanzarse elogios mutuos, así como a los técnicos de ambas entidades. De hecho, en el acto de ayer solo se echó en falta a algún representante del PSOE municipal, ya que al margen de los dos titulares, asistieron los concejales César Mosquera ( BNG) y Jacobo Moreira (PP) y la diputada provincial popular (además de concejala en la capital), Ana Isabel Vázquez.

Mientras el gobierno local parece interesado en huir ahora de la denominación de ronda urbana que trató de pactar, sin éxito, con la Xunta (ya que no tendrá cuatro carriles, como se quería en un principio), la Diputación sí apuesta por ese nombre, e incluso se felicita de "desbloquear un proyecto que estaba estancado", hasta el punto de que se presentó ayer como un primer tramo de una "circunvalación que Pontevedra no tiene".

En este ambiente de "colaboración institucional", la ceremonia de ayer sirvió para desvelar otro acuerdo que se negocia entre Diputación y Concello y que "es algo muy demandado por los vecinos". Se trata de crear una conexión peatonal entre la zona del parque de Bomberos y la Comandancia de la Guardia Civil y el puente das Correntes, a través de la calle Domingo Fontán, que carece por completo de aceras en ese tramo. Louzán vaticinó que habrá una solución a corto plazo pese al amplio número de entidades implicadas (entre ellas Audasa, el Ministerio de Fomento y la Xunta) y, de hecho, la empresa que redacte el proyecto del primer kilómetro de la ronda urbana tendrá que plantear, como complemento, propuestas para crear esa futura senda peatonal. Una opción es crear una acera "volada" en el tramo de Domingo Fontán sobre la AP-9.

El alcalde Miguel Fernández Lores, por su parte, puso de manifiesto que en el año 2004 el Concello impulsó la Mesa de las Infraestructuras (M-4) que pactó una red viaria ideal con la Diputación, la Xunta y Fomento. "Desde entonces, quien colaboró más y mejor en su ejecución fue la Diputación, especialmente con este presidente". La buena relación personal entre ambos, con halagos constantes pese a sus evidentes diferencias políticas, propició "que se ejecutara el puente de Monte Porreiro y ahora mantenemos esta colaboración necesaria e imprescindible" para la ronda, un proyecto que "se intentó pactar con la Xunta" pero que finalmente se lleva a cabo con la entidad provincial "gracias a la sensibilidad del presidente", insistió Lores. A su juicio, en este futuro vial "se aplica el sentido común y será una carretera sin grandes aspiraciones pero que servirá para resolver el laberinto de caminos de As Pereiras y As Olivas".

Con respecto al acceso peatonal por Domingo Fontán, el alcalde destacó que "la única unión andando entre Pontevedra y Poio es el puente de A Barca, pero sus aceras son muy cutres pese a que por ellas pasan unas cuatro mil personas al día", por lo que emplazó a Louzán a mediar ante el conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, para que acepte la propuesta municipal de limitar el puente de A Barca a un único carril, en principio de entrada a la ciudad, con el fin de ensanchar sus aceras y desviar el tráfico de salida por As Correntes.

A la espera de que se concrete esa opción, que la Xunta no parece dispuesta a aceptar, la solución pasa por crear un pasaje peatonal por encima de la AP-9 en Domingo Fontán, una propuesta ya pactada entre Concello y Diputación y que probablemente sea objeto de otro convenio. Al respecto Lores quiso dejar claro que una cosa es la opinión política y otra las relaciones institucionales: "Me gustaría firmar convenios con todo el mundo pero con quien más acuerdos se llega es con la Diputación y mientras esta administración exista (en referencia a la postura del BNG de que sean suprimidas), espero seguir firmando muchos más".