Representantes de las asociaciones culturales Maio Longo y Cedofeira, de la revista Encrucillada, la Coral Polifónica, la Asociación Galega de Historiadores, usuarios de las bibliotecas del Archivo y del Museo e investigadores comparecieron ayer para expresar sus críticas a lo que consideran "deriva de recortes" en el Museo de Pontevedra, el buque insignia de la cultura de la provincia y en el que denuncian, por ejemplo, retiradas de fondos de la hemeroteca y de la biblioteca. "¿Será cierto que se ha triturado alguna colección de periódicos tanto gallegos como estatales de mucha antiguedad? ¿Lo conoce la dirección?", se preguntaron.

Piden sobre todo respuestas sobre quién gestiona los cambios, si los están realizando profesionales cualificados con criterios técnicos y si se pretende sustituir a los especialistas por profesionales menos aptos.

A falta de respuestas, aseguran que la actuación del gobierno provincial está siendo "nefasta e irresponsable con nuestro patrimonio, el patrimonio de todos los gallegos" y temen que "todo este estrago" se deba a la intención de "finiquitar la autonomía del Museo, trazo que lo ha definido desde su fundación" para caer en el dirigismo político.

Integrantes de diversos campos de la cultura materializaban con esta convocatoria conjunta su malestar con la Diputación Provincial (citaron en distintas ocasiones al presidente, Rafael Louzán y a la diputada y presidenta ejecutiva del consejo rector del Museo, Ana Isabel Vázquez) por todo un rosario de "desatinos", a la cabeza la devolución de los fondos históricos pero también otras acciones como "la expulsión de la Polifónica del Museo después de más de 80 años de historia en común".

La histórica coral nació vinculada al Museo (fue de hecho fundado por el mismo grupo de intelectuales, entre ellos Losada Diéguez, Castelao etc) "y aún hoy el máximo representante de la Polifónica es el mismo que el del Museo", recordaron las asociaciones culturales en alusión a Carlos Valle, responsable de ambas entidades.

Uno de sus integrantes, Roxelio Fernández, recordó los talones de teatro realizados por Castelao para la coral y se preguntó "cómo están y dónde, a nosotros nos echaron fuera y confiemos en que los telones no los hayan tirado al río".

En general, las asociaciones culturales y los usuarios piden respuestas para todo un rosario de preguntas y acusan a la Diputación de falta de transparencia, información y de carecer de asesoramiento.

En su opinión, lo primero que debería aclarar la institución provincial es cuál es su hoja de ruta para el Museo, "que plan tiene para la institución", precisaron, y cómo es que devuelve colecciones tras haber invertido más de 20 millones de euros en el Sexto Edificio y 4 en la rehabilitación del Sarmiento.

La supresión de la Bienal ("con la consiguiente aniquilación de una de las citas de más impacto a nivel artístico y que trascendía nuestras fronteras", señaló el presidente de Maio Longo, Xosé Abilleira) y la previsible apertura de un restaurante en el sótano del Edificio Sarmiento también acapararon buena parte de las críticas a las decisiones del gobierno provincial.

En opinión de las asociaciones convocantes de la comparecencia, la pretensión de abrir el resturante en ese espacio previsto para la exposición de miliarios, aras etc "es un síntoma de una ignorancia supina al concebir dicha complementariedad. Algo de una dimensión tan excepcional de nuestro Museo como estas piezas, una verdadera joya en el mapa museístico estatal, no puede verse interferio y perjudicado por otra actividad como la gastronómica. A nadie se le ocurrió meter el restaurante del Museo Vaticano en la Capilla Sixtina. Ante esto, parece saltar otra profunda contradicción: se gasta una gran cantidad de dinero para generar nuevos espacios y simultáneamente se retiran fondos o se dice que no hay posibilidad para colocar piezas ¿A qué se juega? ¿Dónde se piensa colocar la gran colección de epigrafía romana, referencia clara a nivel peninsular?".

Horario de la biblioteca

La biblioteca y su horario coparon otra buena parte de la batería de críticas. El investigador y suario Alberte Reboredo denunció sucesivos recortes en los tiempos de consultas a investigadores en los últimos meses "en contraste con otras bibliotecas gallegas como la Museo de Arqueología de Ourense, el Museo do Pobo Galego, la Cidade da Cultura o la Universidade de Santiago, instituciones homologables al Museo de Pontevedra".

Temen que los recortes en las consultas afecten al carácter del Museo Provincial como centro de referencia para la investigación científica.

Y con todo un rosario de preguntas, también de temores, por ejemplo a que los fondos de la biblioteca sean incorporados a los de la Cidade da Cultura en Gaiás, incógnitas a las que esperan que el gobierno provincial ponga fin "cuanto antes", pidieron, "queríamos transmitir a la opinión pública la inquietud que nos hacen llegar las personas de la cultura y pedimos respuestas, que a quien le toque de una respuesta clara y centre el tema".

Engracia Vidal: "Nos llamaron de un día para otro para que de inmediato retirásemos los fondos de Encrucillada"

Engracia Vidal, de la Asociación de Mulleres Cristiás Galegas "Exeria" y de la revista Encrucillada, participó en la comparecencia para confirmar que el Museo efectivamente está devolviendo colecciones. La acompañaron Xosé Abilleira, presidente de Maio Longo, Alberte Reboredo, investigador, Roxelio Fernández de la Coral Polifónica y Alberte Lago, de la Asociación de Historiadores.

Explicó que Encrucillada, una de las revistas más antiguas de Galicia y que se ha publicado ininterrumpidamente cada mes desde 1977, firmó en 2001 un convenio en virtud del cual depositaba sus fondos, también los intercambiados con unas 90 revistas de España y América.

"No hubo ningún problema sino una buena acogida y de repente el pasado mes de febrero recibo una llamada de un día para otro de que de inmediato teníamos que retirar los fondos".

Éstos ocupaban 206 cajas trasladadas finalmente a la Biblioteca de Poio, que dio todas las facilidades para realizar el depósito.

Engracia Vidal reconoció que "no me gustó para nada" el modo de proceder de la institución mediante "una ruptura unilateral. Y al mes siguiente se dieron de baja en la suscripción", baja que dolió especialmente ya que dos de las primeras suscripciones fueron la del Museo Provincial y la de su entonces director, Filgueira Valverde.