Krav Magá ("combate de contacto" en hebreo) es el sistema oficial de defensa personal y lucha de los agentes israelíes. Está considerado un método práctico y asequible para cualquier alumno, independientemente de su edad y condición física, al que capacita para hacer frente a situaciones de riesgo reales como las que viven frecuentemente los profesionales sanitarios. Éstos son los destinatarios del curso que imparte en el Hospital Montecelo el instructor Fernando Carrera.

—¿En qué consiste el Krav Magá?

—Es un sistema empleado por las fuerzas especiales, el ejército, la policía israelí que se basa en la acción-reacción, en tratar de protegerte y al mismo tiempo ejercer simultáneamente un efecto disuasor o de impacto en determinadas ocasiones. Son técnicas sencillas en las que tenemos que trabajar para que en caso de una agresión real poder actuar, reaccionar de un modo intutivo.

—¿Cuál es el objetivo del curso que imparte a los profesionales sanitarios?

—El objetivo fundamental es que los profesionales se sientan un poco más amparados, un poco más protegidos y que sean capaces de reaccionar ante situaciones que por desgracia están sufriendo de agresiones en consultas y en urgencias, que sepan un poco más como reaccionar, todo ello partiendo de la base de que enseño al profesional sanitario a protegerse y nunca de agredir, salvo claro está excepciones muy puntuales en las que hay un intento de agresión por parte de un paciente con una barra o con un cuchillo, como de hecho muchas veces suelen sufrir los profesionales sanitarios.

—El sindicato Satse, que organiza el curso, asegura que por momentos la situación se está volviendo insostenible ¿le transmiten ese mensaje sus alumnos?

—Si, los alumnos colaboran con el curso y me van diciendo cuales son las causas y las situaciones de mayor riesgo y yo voy explicando como reaccionar ante lo que van viviendo. Ahora mismo muchas de las agresiones son verbales, pero otras muchas veces también aparecen de otro tipo, cuando los agarran de la bata, los empujan, los zarandean. Y ante estas situaciones los profesionales sanitarios tienen que intentar salir de ellas sin golpear, porque muchas veces lo que ven las personas que están alrededor es que el hombre o la mujer de blanco, que es el profesional sanitario, es el que golpea, sin pararse a pensar en quién es en realidad el que ha iniciado la acción. En esos casos la instrucción es tratar de separar, alejarse y evadir al agresor.

—¿Se puede enseñar a prevenir este tipo de situaciones?

—Si, muchas veces es importante analizar cómo es en ese momento el entorno, hay que fijarse un poco en como habla la gente, en su lenguaje corporal, cómo se dirige a uno, la actitud verbal. Todo ello es importante y nos da pistas sobre como puede reaccionar la persona. Yo siempre digo a mis alumnos que intenten gesticular para mantener una distancia y por lo menos que tengan las manos en alto para protegerse; también les recomiendo que mantengan una distancia cuando hablen con la gente porque nunca saben en realidad quién está delante. Se que es penoso pensar así y ser desconfiado pero dados los casos y los índices de agresión que se están produciendo ahora mismo en el sector sanitario a veces es preferible prevenir y desconfiar un poco que recibir una bofetada o una agresión por no estar preparado.

—La violencia generalmente nos paraliza ¿se aprende a reaccionar frente a ella, a superarla?

—Si, normalmente nos paraliza, ante una agresión tu cuerpo entra en un estado en el que las vísceras, el estómago, el intentisno etc alteran su funcionamiento y es normal que uno tiemble, por ejemplo, por la adrenalina. En este curso no podemos profundizar en este campo porque requiere mucho más tiempo, mucha más práctica, pero si que se aprende. Yo lo que insisto mucho en el tema de que se debe hablar tranquilamente, según a quien te dirijas, mantener la distancia, saber protegerte, saber evadirte, escapar y pedir ayuda porque los profesionales sanitarios realmente no pueden pensar en otra alternativa, no pueden agredir sino solo protegerse.

—¿Ayudan las artes marciales en el aspecto mental, por ejemplo a ganar autoconfianza?

—Sin duda, las artes marciales, la defensa personal, lo que hacen es ayudarnos a sentirnos un poco más seguros de nosotros mismos, a saber con el tiempo como reaccionar, como conducir a la persona sin agredir sino hablando y manteniendo la distancia y con todo ello también contribuyen a que la autoestima y la autoconfianza estén un poquito más elevadas.