El Ministerio de Industria acaba de solicitar a todos los municipios españoles, a través de la FEMP, que lleven a cabo la renovación integral del alumbrado público con el fin de ahorrar energía. Sin embargo, la propuesta no aparece acompañada de un plan económico concreto para afrontar esos trabajos. El Concello de Pontevedra acaba de recibir la instrucción con gran parte de los deberes hechos, ya que el 90% de las calles de la ciudad ya disponen de sistemas de iluminación "eficientes". De hecho, la ciudad ha logrado estabilizar en 1,6 millones de euros la factura de la luz por el alumbrado público, lo que en la práctica supone un ahorro de más del 40%, ya que el precio del servicio se ha disparado en ese porcentaje en estos años. "Si no hubiéramos efectuado esta renovación, esa factura superaría ahora con creces los dos millones de euros", explica el concejal de Hacienda, y que también coordina estas tareas, Raimundo González Carballo.

Sin embargo, cambiar las farolas anteriores, a base de lámparas de mercurio y que suponían un consumo anual de mil kilowatios/hora, no sale gratis. El Concello ha gastado desde 2002 más de 7,5 millones de euros en instalar nuevas luminarias, farolas, torres y otros sistemas en el 90% de las calles urbanas, "sin contar lo invertido en el rural", añade el edil.

Al menos 120 calles, avenidas y plazas han entrado en este plan desde 2002 hasta ahora, en un total de 8 actuaciones, cuyos presupuestos oscilan entre 190.000 euros (para la plaza de España, Las Palmeras y su entorno), y los 2,5 millones que se emplearon en Campolongo, Corbaceiras, Santa María y otras zonas. Buena parte de los 7,5 millones invertidos en esta década formaban parte de los planes de reforma urbana acometidos en la ciudad, aunque en los dos últimos años, estas obras se financiaron casi en exclusiva con los dos Planes E del Gobierno central.

Aunque hay variaciones según los casos, las nuevas lámparas cuentan con una potencia mucho menor que las anteriores (de 250 watios se bajó a 150 o menos), cuentan con reductores de iluminación durante ocho horas al día y el consumo anual de cada bombilla es de unos 440 kilowatios/hora, menos de la mitad que las anteriores. Cada una de las ocho actuaciones ya ejecutadas ha permitido un ahorro en la factura de al menos 30.000 euros anuales.