"Se nâo posso dançar nâo é a minha revoluçao". El espíritu de la frase de Emma Goldman presidió ayer la edición 2010 de "Cantos na Maré", que un año más se propuso sorprender con la fusión de las voces de distintos países de la lusofonía: distintas edades, orígenes (y experiencias) diversas pero dispuestos a encontrarse sobre el escenario.

El Pazo da Cultura recibió la experiencia de tres décadas del brasileño Lenine, la juventud (sólo 22 años) y frescura de la angoleña Aline Frazâo, el fado contemporáneo de António Zambujo y la fuerza de la gallega Guadi Galego.

La samba, la bossa nova, el rock, el jazz o la música popular angoleña sirvieron de base para fundir las voces lusófonas en un espectáculo musical que busca presentar al público cómo la lengua de Galicia es puente hacia culturas emergentes.

A mayores, "Cantos na Maré" incluyó un encuentro profesional dedicado a los mercados culturales y, muy especialmente, a la comercialización de los productos musicales. Treinta agentes, en su mayoría músicos, de diversos países tomaron parte en este programa promovido por la Axencia Galega das Industrias Culturais.

El festival internacional dedicado a la lusofonía fue el principal evento musical pero no el único en una jornada en la que las corales de la ciudad celebraron una nueva edición del concierto de villancicos.

El Festival de Panxoliñas 2010 tuvo lugar en el Teatro Principal y convocó a las corales Bella Helenes, O Chopo, Airiños de Campañó y Alameda, cada una de las cuales presentó al público cuatro piezas de su repertorio navideño.

El recital, organizado por el Concello en colaboración con la Coordinadora de Corais, convocó a numerosos aficionados a la música coral.