El vecino de Cotobade que responde a las iniciales J.C.S.P., de 29 años, resultó herido de gravedad cuando trabajaba en un céntrico edificio de Vilagarcía de Arousa. Este obrero de la construcción declaró mientras era atendido que una máquina radial se le había “enganchado” y la cuchilla le produjo un importante corte en el brazo derecho, por lo que perdió abundante sangre.

Los hechos ocurrieron a las 10.45 horas de ayer en el portal número 8 de la plaza de Galicia, uno de los lugares más transitados de la ciudad vilagarciana. Hay que apuntar este dato para entender mejor el por qué de la expectación y alarma que provocó este suceso, pues si bien el accidente laboral se produjo en el interior de uno de los pisos del citado edificio, el herido acabó siendo atendido por los viandantes sobre un banco de la concurrida plaza pública.

Empapado de sangre

El accidentado salió del inmueble con un aparatoso vendaje en el brazo. Eran trozos de ropa y trapos que le apretaban la extremidad superior derecha, a la altura del codo.

Aquellos trozos de tela estaban totalmente empapados de sangre, al igual que las zapatillas, la camiseta y los pantalones del joven obrero de Cotobade.

Tras salir del edificio se sentó en uno de los bancos de la plaza, parece que junto con un compañero del trabajo, y en ese instante los paseantes que lo vieron empezaron a asustarse, y mucho.

Lo mantuvieron despierto

Al final acabaron tumbándolo en el propio banco, con las piernas suspendidas en el aire y apretándole la herida con fuerza, para que dejara de sangrar. Un par de mujeres que se acercaron al joven trataron de darle ánimos en todo momento y de mantenerlo despierto.

Fue así por espacio de diez minutos, hasta que llegó la ambulancia. Tiempo suficiente para que se agolparan en el lugar numerosos curiosos y efectivos policiales y de emergencias.

Eran inevitables las preguntas, y casi todos los presentes especulaban con lo sucedido y trataban de adivinar cuál era el lugar o el edificio en el que se había producido el suceso.

En todo ese tiempo el chico permaneció consciente, y él mismo aportó sus datos personales a los agentes, a pesar de que daba síntomas de padecer un gran dolor y de que, como los propios testigos apuntaban, “poco a poco fue perdiendo color, a medida que perdía más y más sangre”.

Desde la ventana

La escena era observada por sus compañeros de trabajo desde la ventana del piso en el que trabajaba -una cuarta planta-, y donde, según la Policía Local, “se realizan reformas”. Una vez efectuado el traslado del herido los agentes policiales accedieron al interior del inmueble para tomar fotografías y levantar el correspondiente informe.

Los trabajos de reforma que se llevan a cabo en el piso en el que trabajaba J.C.S.P. cuando sufrió el accidente laboral continuaron mientras el obrero era trasladado y se prolongaron durante toda la jornada.