La "urbanización brutal" de la playa de Silgar, la factoría de Ence en Lourizán "que no solamente lleva contaminando sino que seguirá hasta que cierre la ría y el aire sino que es responsable de la huella ecológica de Galicia en otras zonas como Uruguay" y de la depuradora de Vilaboa "por sus graves deficiencias en la depuración de agua" reciben en este 2009 las "banderas negras" de Ecologistas en Acción.

Se trata de una dudosa distinción con la que se reconocen impactos irreversibles sobre el medio o proyectos aprobados cuyo daño será de carácter severo e irrecuperables, por ejemplo vertidos contaminantes graves o continuados, agresiones urbanísticas, obras costeras etc que dañan el ecosistema litoral.

Por su parte, con el calificativo de "Punto negro" la organización "Ecologistas en Acción" señala a aquellos impactos significativos pero que son reversibles, de menor gravedad o todavía sin aprobar que amenazan la salud de la costa.

Y en este apartado "reinan" los puertos deportivos que han proliferado en las costas gallegas en los últimos años.

En el caso de la comarca de Pontevedra, aparecen con "Puntos Negros" el puerto deportivo de Sanxenxo (los ecologistas critican que los 118 nuevos amarres dañan un banco marisquero a menos de 200 metros y que supondrían 17.200 metros cuadrados más de construcción) y recuerdan que "es el causante de que Silgar no renueve su arena"; el de Portonovo, Raxó, Covelo o Combarro.

Todos ellos dañan playas o zonas marisqueras y, a mayores, los ecologistas critican que "si tenemos en cuenta que Combarro precisamente se dio a conocer por conservar la arquitectura de pequeños pueblos de mar, es incomprensible esta fiebre náutico deportiva".

También critican duramente el puerto de San Adrián, con 51.650 metros de lámina marina ocupados.