Durante medio siglo (la reflexión es de Gore Vidal) la fotografía ha sido la forma artística de los que no tenemos talento. Con ese íntimo convencimiento de no estar haciendo arte sino trabajándose el oficio, Charles Ebbets subió el 29 de septiembre de 1932 a la planta 69 del edificio General Electric de Nueva York, desde donde fotografió, unos metros más abajo, el almuerzo de once obreros alineados sobre una viga a cientos de metros de altura. La imagen Lunch atop a skyscraper (Almuerzo en la cima de un rascacielos) fue publicada al mes siguiente en el New York Herald Tribune y es tan popular como tierna.

La mayoría de esos obreros eran indios mohawk, invulnerables al vértigo y capaces por tanto de moverse a cientos de metros en los edificios en construcción. Con los mohawk, italianos, polacos, irlandeses... Un universo de procedencias que recrea la compañía Producións Teatrais Excéntricas en “Obra” (No comment) encarnándolo en tres personajes subidos a un andamio: Cracovia (Borja Hernández), Pernambuco (Marcos Orsi) y Loló (Víctor Mosqueira).

Hablan lenguas diferentes, sus comidas son diferentes y ocupan religiosamente el mismo lugar en el andamio a la hora del almuerzo. Coinciden, eso sí, en un saludable gusto por las mujeres y el piropo elegante: “Morenaaaa, esas son pernas, e non as que lle bota miña nai ao cocido” o un romántico “Quen fora birollo pra verte duas veces”.

Con esta inspiración, sumado a todos los elementos de la cultura popular de los años veinte y treinta (el cine mudo, el claqué o el musical entre ellos), el dramaturgo Quico Cadaval dirige un espectáculo que habla de tres obreros en la planta 81 de un edificio en construcción.

La idea inicial era un espectáculo mudo “pero pouco a pouco foise facendo de texto, chega a ser intimista e humorístico, a veces sorprendente, como a oportunidade de que esté ambientado na crise do 29 neste momento tamén de crise”, recuerda el dramaturgo, narrador y director de escena.

Éste quiso darle la palabra “a os que non a teñen, os obreiros e inmigrantes”, todo ello con constantes referencias a la admiración por el cine mudo y, vinculado a éste, por la comicidad en el trabajo.

Los obreros (por una vez protagonistas) hablan de sus países, de los sueños, de la ilusión, de los respectivos almuerzos o la saudade, todas esas formas de inconsciencia (recuerda la compañía teatral) que “non deben durar moito en lugares onde un descuido pode significar a morte por caída libre”.

Los actores están acompañados por el pianista Suso Alonso (un virtuoso, como recordó Cadaval, que añade que “é virtuoso só tocando o piano, en ningunha outra cousa”) que interpreta los éxitos musicales de la época, desde el fox al dixie, el blues...

“Obra” (No comment) ha sido representada ya en diversas ciudades españolas. Es, según sus responsables, una propuesta teatral para un público inteligente y sentimental o que, por lo menos, tenga una de estas dos cualidades. En ese caso, las entradas pueden adquirirse (a precios entre 9 y 12 euros) en www.caixanova.es, la taquilla telefónica 902 504 500 y en la taquilla del centro Caixanova desde las 18 horas.