Un equipo especialista en investigación de incendios de la Guardia Civil, procedente de A Coruña, examinó ayer por la mañana el vehículo en el que un hombre de 47 años, Delmiro Duraes, falleció carbonizado el domingo por la tarde, en una pista entre las localidades de Albite y Prado, en el municipio ourensano de Muíños. La unidad, que revisó el coche abrasado en el cuartel del instituto armado en Lobios, emitirá un informe con las conclusiones de su análisis, pero en principio se descarta que se tratara de un fuego provocado.

El jefe de la Comandancia de Ourense, teniente coronel Manuel Javier Novo, mantenía ayer la cautela sobre las hipótesis, a la espera de las investigaciones y la identificación definitiva del ADN -el resultado de laboratorio se demorará entre 2 y 3 semanas-, pero apuntó como posible causa a "un fallo del vehículo o un accidente de la persona". Tampoco se descarta que el hombre hubiera sufrido alguna indisposición previa que le impidiera reaccionar y escapar del vehículo cuando empezó a arder. Además, tenía problemas de movilidad y la salud deteriorada tras sufrir una caída en un prado hace meses.

El juzgado de Bande entregó ayer el certificado de defunción al hermano del fallecido, Gabriel, con el que residía y que la tarde del suceso estaba trabajando en una finca recogiendo maleza con un todoterreno con remolque que también se averió y quedó atascado en la cuneta. Unos vecinos fueron el lunes por la mañana a ayudar a encenderlo. Ambos hermanos vivían solos en una casa de Albite tras la muerte de su madre hace unos meses. Otros dos -un varón y una mujer- residen fuera de Galicia. Gabriel no se explicaba cómo pudo ocurrir el incendio en el coche que acabó con la vida de su hermano.

El lunes tuvo lugar el velatorio en Lobios -el tanatorio de Muíños estaba ocupado por otro difunto de la misma parroquia- y ayer se celebró el funeral del fallecido en la parroquia de Prado. Dos de los hermanos y vecinos acudieron a la iglesia para despedir a la víctima.