El exapoderado de un banco de O Barco de Valdeorras se sienta en el banquillo desde ayer por un presunto desfalco de 448.000 euros. D. N. P., que se enfrenta a 8 años y medio de prisión, solo admite la retirada ilegal de efectivo de un cliente por importe de 50.000 euros e insta a investigar por qué se produjo un descuadre de caja mucho mayor, del que se desvincula. "Todo lo que me quieren meter a mí no es cierto", declaró. Sin embargo, tras descubrirse el agujero en febrero de 2010, el exempleado envió correos internos para reconocer la apropiación, cuyo objetivo era "cubrir las necesidades económicas" de una empresa familiar de transportes, tal y como ayer expresó en juicio un auditor. D. N. P. dijo en su interrogatorio que él no se quedó el dinero sino que se dedicó a pagar chóferes. "Yo no me quedé con nada", afirma. La entidad, personada como acusación, extiende la culpa al hermano y al padre del principal encausado. Solicita para ellos 3 años de cárcel por un presunto delito de receptación por figurar en las sociedades.

La acusación se centra en los presuntos delitos de apropiación indebida, estafa y falsedad por realizar operaciones fraudulentas a través de solicitudes de efectivo a otros bancos (379.062,15 euros) y, además, por haber retirado presuntamente más de 40.000 euros de las cuentas de varios clientes, simulando sus firmas e incluso adjuntando las fotocopias de sus DNI. Durante su interrogatorio de ayer en la Audiencia Provincial, el exapoderado limitó su ilegalidad a la retirada de efectivo de la cuenta de un solo cliente, un conocido, a quien pensaba según su versión compensar lo sustraído. "Confiaba en reponerlo". D. N. P. mantuvo ayer que no cogió nada más de otras cuentas y también negó la simulación de firmas. Cuando hacía reintegros, según su línea de defensa, era solo para que bajara el saldo de caja.

Admitieron por "presiones"

Sostiene que el descuadre del que lo responsabilizan suma una cantidad que le atribuyó el banco y de la que él asegura no haberse apropiado. El experto que participó en la auditoría interna tras descubrirse las irregularidades declaró ayer que el encausado "reconoció todo" y dijo que había sustraído el dinero "para cubrir las necesidades económicas" de varias empresas familiares que se encontraban al borde de la quiebra. "Estaba preocupado y dijo que se sentía descansado cuando salió a la luz", según el testigo. El aludido asegura que se encontraba "mal, le comía la conciencia" y suponía que todo se solucionaría con su despido y compensando con el dinero de las cuentas personales de sus padres.

Durante la investigación de la entidad, D. N. P. firmó documentos en los que reconocía el desfalco. Los tres acusados mantienen una línea de defensa que culpa a los enviados de la entidad de "presiones". Según el exapoderado le "dictaron" los documentos en que se culpaba y los firmó para que no lo denunciaran "y no ir a la cárcel. Solo quería firmar y marcharme a casal". En esta línea, el hermano y el padre aseguran que también rubricaron los papeles que les pusieron los responsables del banco para que su familiar no terminara acusado. "Firmé sin leer, por presión y miedo para sacarlo de ahí", declaró el hermano. El progenitor manifestó un argumento similar y esgrimió que en el momento de los hechos no tenía ninguna relación con las empresas porque ya estaba jubilado. El hermano aduce que él solo conducía.

La Fiscalía, representada por Miguel Ángel Ruiz, reclama 5 años y 9 meses de prisión, así como una multa de 11 meses con una cuota diaria de 10 euros (3.300 euros en total) por el delito continuado de apropiación indebida. También solicita 2 años y 9 meses de prisión, además de una multa de 11 meses con una cuota diaria de 10 euros (3.300 euros) por un delito continuado de estafa y falsedad en documento mercantil, en relación a la retirada de efectivo de las cuentas corrientes de los clientes sin su consentimiento.

La acusación particular que ejerce la entidad financiera reclama 7 años y medio y una multa de 18 meses con cuota de 50 euros al día (en total, 27.000 euros) para el acusado, además de la devolución del dinero que adeuda al banco. Las defensas solicitan la libre absolución de los tres. En el caso de una condena, el abogado del principal encausado apela a que se tengan en cuenta las atenuantes de confesión y dilaciones indebidas.

El juicio quedará visto para sentencia esta mañana tras la intervención de los últimos testigos y peritos, y los informes de conclusiones.