Por la comisaría provincial de la Policía Nacional en Ourense han pasado tres jefes distintos -incluido uno en funciones- desde que, desde hace algo más de 3 años, se fueron sucediendo los distintos capítulos de la mayor crisis de su historia reciente: la desaparición de seis armas del búnker, la elaboración de anónimos que apuntaron falsamente a una corrupción policial, la operación Zamburiña a la que Asuntos Internos fue a parar como consecuencia de las filtraciones -cuatro investigadores antidroga están investigados por un supuesto trato de favor a confidentes-, así como la muerte de un agente que se autoinculpó del robo y de los escritos sin nombre, y en cuyo despacho se hallaron tres de las seis pistolas sustraídas (el caso lleva 21 meses seguidos bajo secreto de sumario). El último jefe provincial al mando, Antonio Álvarez Valencia, llegó en abril de 2016 a Ourense aceptando el reto. El 29 cesa por jubilación -sin que todavía haya noticias sobre quién será su sustituto- y ayer presidió su último acto oficial, con motivo del 194º aniversario del cuerpo que fue el germen del actual Cuerpo Nacional de Policía.

El comisario improvisó un discurso que finalizó con un "hasta siempre a todos", emocionado. Recordó cómo ha evolucionado la institución desde que ingresó en 1977 en el denominado Cuerpo de Policía Armada -en su segundo día, conoció a un oficial de 29 años que había sido víctima del primer atentado del Grapo en Madrid-, hasta la actualidad. Al comienzo, dijo, había "desconfianza y una gran incomprensión "hacia los agentes. "Casi había que ocultar que uno era policía para no tener problemas personales". Según Álvarez, "haber pasado de aquella situación a que hoy la Policía sea una de las instituciones más apreciadas y valoradas por los ciudadanos es fruto del trabajo y del buen hacer".

Hablando como un futuro jubilado, el mando entroncó su discurso con el homenaje que ayer ofreció la comisaría a diez agentes recién retirados. Álvarez Valencia tuvo una mención especial para Ángel Jesús Rodríguez Rodríguez, quien finalizó su servicio en octubre tras 41 años de trabajo. Su último destino fue en la seguridad de los juzgados. "Con él me llevé una de mis mayores sorpresas, cuando llegué a la comida despedida y vi que había 125 personas. Lo que tú has hecho por la Policía ha aumentado su prestigio". Junto a Ángel, en el acto de ayer fueron reconocidos el oficial José Antonio Rodríguez López, así como los policías Celso Fernández Prieto, Antonio Fernández Prol, Andrés Fernández Valado, José Manuel González Borrajo, Tomás Infesta Dapena, José Pereira Varela, Martín Sanmamed Vázquez y José Manuel Gregada Masid.

"Se ha trabajado a destajo"

El jefe confirma que el de ayer es su último acto al mando. "A partir de ahora recojo los bártulos. Me iré ligero de equipaje, igual que vine". Álvarez dice adiós sin que la crisis interna se haya esclarecido y con el asesinato de Socorro Pérez sin respuesta desde 2015, pero con un descenso de la criminalidad de un 10 % en sus dos años. "Me voy con la sensación de los deberes hechos. Al final la gente calificará como un éxito o un fracaso mi gestión, pero yo me voy satisfecho". Sobre los grandes asuntos pendientes, el mando asegura: "No puedo decir más que aquí se ha trabajado a destajo y en todo".

En su discurso, el comisario saliente definió la labor de la Policía como un "operador de seguridad" que ha ayudado a que España "sea el quinto país más seguro del mundo", siendo Galicia una de las comunidades del Estado con la tasa de delincuencia más baja. El subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, destacó los valores del cuerpo: "sentido común, lealtad, compromiso y entrega al bien común".

Se desconoce aún quién y cuándo vendrá a Ourense para tomar el relevo. "La organización tiene todo previsto y aquí nunca hay vacío de poder". La comisaría adolece de una falta de puestos ejecutivos, no solo en la cúpula, donde la plaza de jefe provincial de operaciones -el número dos en la escala de mando- lleva años vacante. Además, tres brigadas (Policía Judicial, Seguridad Ciudadana y Extranjería) están a cargo de inspectores, cuando deberían llevar las riendas inspectores jefe.

En la ausencia de Álvarez Valencia hasta que llegue el nuevo comisario, como ya está sucediendo durante sus días de permiso, el jefe en funciones es el responsable de la Policía Científica, Gumersindo Villar, que se jubila en pocos meses. Ejerce el mando por escalafón tras retirarse a principios de año Demetrio Martínez, que dirigía la brigada de Policía Judicial y fue comisario accidental desde la marcha de Amable Valcárcel hasta la llegada de Antonio Álvarez. La comisaría se ha convertido en los últimos años en lugar de paso y un destino poco apetecible por sus líos recientes.