Un hombre de 42 años con antecedentes penales por robo con violencia cumplirá una condena de dos años y once meses de prisión por encañonar con una pistola a los propietarios de dos negocios del barrio de A Ponte el pasado mes de junio y robar en uno de los establecimientos el dinero de la caja registradora. Ayer acudió al Juzgado de lo Penal 1 acusado de sendos delitos de robo con violencia, uno de ellos en grado de tentativa, y llegó a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía por el que admitió su responsabilidad en lo ocurrido y vio reducida la pena.

Los hechos sucedieron el 9 de junio de este mismo año en el barrio de A Ponte de la capital. A las 20.00 horas, el acusado entró en un centro de fisioterapia de la calle Ribeira de Canedo que se encontraba abierto al público ocultando su rostro con una visera "muy ceñida" y unas gafas de sol. Se dirigió al mostrador y en cuanto la mujer del titular del negocio le preguntó si quería algo sacó una pistola del bolso que llevaba y la encañonó exigiéndole la caja. La mujer empezó a gritar y acudió el propietario que también se vio amenazado por el arma. Entre ambos se inició una discusión en la que el titular de la clínica llegó a convencer al atracador de que desistiese de sus intenciones e incluso logró que se quitara las gafas para verle la cara con claridad.

Ante esta situación, relata el fiscal, el acusado desistió del robo y abandonó la clínica sin llegar a apoderarse de nada y tras suplicar al propietario que no llamase a la Policía.

Poco después de lo ocurrido, sobre las 20.25 horas, se dirigió a otro establecimiento en la calle Rey Soto, que tampoco había cerrado todavía. Entró con la misma vestimenta, gorra ceñida y gafas de sol con cristales oscuros, y se acercó a la caja registradora entrando en el mostrador. Con el revólver apuntó a la encargada en el estómago y le pidió que abriera la caja para llevarse el dinero que había dentro. La mujer, "ante el temor que sufría", accedió por lo que el hombre se apoderó de 375 euros, guardó el arma y se dio a la fuga.

La policía, que ya había sido alertada por los propietarios del primer establecimiento, no consiguió detenerlo ese mismo día, pero sí con posterioridad. De hecho, el acusado estuvo en prisión preventiva por estos hechos.

Ayer no fue necesaria la celebración del juicio al confesar el acusado. En su escrito de acusación inicial, la Fiscalía pedía una pena de tres años y tres meses de prisión por el primer delito de robo con violencia en grado de tentativa y cuatro años y medio por el robo consumado. Aplicaba las agravantes de reincidencia y disfraz.

En la sentencia por conformidad introduce en ambos delitos la eximente incompleta de drogadicción. Las penas quedan en un año y dos meses por el primer delito y un año y nueve meses por el segundo.