La diócesis de Ourense presenta hoy la memoria de las actividades realizadas en 2016. Entre los datos más relevantes, figuran los recursos económicos que ha manejado, que ascienden a 7.641.249,62 euros y la actividad social que realiza. Cáritas Diocesanas cuenta con 24 puntos de acogida, atendió el año pasado a 4.185 personas, prestó apoyo a 8.242, con la inversión de 179.833 euros. Cuenta con 557 voluntarios, 421 Cáritas parroquiales y 136 programas diocesanos.
De los 7.641.249,62 euros de presupuesto, 3.755.546,76 proceden de las aportaciones que recibe mediante la declaración de la renta (49,15%); 141.283,64 de aportaciones directas de los fieles (1,85%); 3.282.044,44, a través de parroquias, mediante colectas ordinarias y extraordinarias, servicios religiosos, cuotas y donativos; 53.203,75 euros, de la colecta específica del Día de la Iglesia Diocesana (0,70%); 30.148,09, de la colecta del Día del Seminario (0,39%); 379.022,94, de otros ingresos, por arrendamientos, subvenciones e ingresos financieros (4,96%).
Del conjunto del presupuesto, la diócesis dedica 2.994.152,04 euros a acciones pastorales y servicios religiosos (38,66%), 2.061.226,40 a actividades caritativas (26,62%), 1.107.421,90 al pago de las nóminas y de la seguridad social de los sacerdotes y empleados (14,30%), 629.926,61 a obras de conservación de inmuebles, como templos y casas parroquiales (8,13%), 391.532,77, al pago de préstamos (5,06%) y 559.741,84 a otros gastos y suministros (7,23%).
Las actividades pastorales y los servicios religiosos, así como las actividades caritativas, son los destinos en los que la diócesis ha empleado más recursos, tanto en el año 2016 como en el 2015. El importe destinado a tareas de conservación y obras en inmuebles de tipo religioso, sigue representando un porcentaje muy bajo sobre el importe global del patrimonio de la Iglesia.
De los 629.000 euros, el 58% lo han aportado directamente las parroquias para tareas de conservación, siendo el restante 42% aportado por la Diócesis, que implica un 3% de aumento en esta partida.
Durante el año 2016, los sacerdotes de la diócesis realizaron 1.021 bautizos, 980 comuniones, 607 confirmaciones, 329 matrimonios y 4.130 exequias. Celebraron 344.448 misas, a las que asisten de manera regular cada domingo una media de 59.094 personas.
La diócesis de Ourense cuenta con 735 parroquias, 319 sacerdotes, 1.093 catequistas, 3.399 voluntarios y agentes de pastoral, 22 seminaristas mayores, 26 centros educativos, 5 monasterios y 130 misioneros.
Un total de 4.685 personas están implicadas en la actividad pastoral, entre los que se encuentran los grupos bíblicos, catequistas, sínodo diocesano y niños que asisten a catecismo.
El Obispado reconoce que la situación actual de la Iglesia Católica en Ourense "no es fácil, dada la avanzada edad de los sacerdotes, para los cuales no hay relevo; su edad media va subiendo". Por cada 7 jubilaciones, hay 2 ordenaciones, obligando por este motivo a la creación de "Unidades de Atención Parroquial", donde uno, dos o tres sacerdotes atienden una zona pastoral.
Este sistema, acompañado de un descenso de la población en el rural, permite el funcionamiento de la tarea eclesial, porque va unido a la "no" celebración diaria de misa en muchos pueblos.
Destaca que en la actividad pastoral colaboran, desarrollando su labor apostólica, los religiosos y religiosas de vida activa y de vida contemplativa, así como los Institutos Seculares y las Sociedades de Vida Apostólica.
Los sacerdotes, voluntarios y seglares de la diócesis de Ourense dedicaron más de 4,2 millones de horas a la pastoral en el año 2016.
La diócesis de Ourense tiene un capellán penitenciario, que imparte los sacramentos en la cárcel de Pereiro de Aguiar, presta apoyo para que los reclusos se puedan relacionar con sus familias, parientes y amigos, intenta atender, tanto desde el punto de vista personal como pastoral, "a todo aquel que lo necesite, dentro de la prisión, procurando fomentar un cambio de vida en esas personas en situación marginal".
El capellán penitenciario trabaja con el recluso, para facilitar su posterior reinserción social y laboral.
