"Lo peor como alcalde, fue la impotencia de ver a vecinos que te llamaban pidiendo ayuda urgente, con decenas de pueblos, granjas ardiendo fuegos en 10 núcleos, y no tener brigadas ni medios para ayudarles", comentaba Luis Milia ayer en su despacho de Alcaldía con los ojos de quien llevaba 24 horas en vela".

Los medios de la Xunta no daban abasto y la única brigada municipal de que disponía el Concello, había acabado el día anterior el contrato y los miembros de protección civil "hicieron más de lo humanamente posible" .

Afirma que "el fuego que llegaba del municipio vecino de Melón empezó a las 9.30 de la noche del domingo y los primeros efectivos llegaron a las 4 de la madrugada del lunes. Ya habían ardido explotaciones ganaderas y agrícolas y muchas fincas". Ayer el alcalde repetía como un mantra, a las decenas de medios que le llamaban de toda España que "los copos de fuego caían del aire, perdimos el 70% de nuestra masa forestal", se lamentaba. A media mañana Carballeda era un paisaje lunar, apocalíptico. El recorrido en coche mostraba un paisaje fundido a negro y cientos de focos de fuegos, activos unos, otros aún humeando.