El abandono y maltrato animal continúa siendo una lacra indomable en nuestro país, y Ourense no marca la excepción. Progape, la protectora de la ciudad, es quien se encarga de gestionar la perrera municipal, la cual se queda pequeña para dar albergue a cerca de 500 perros y 100 gatos sin dueño. Desde enero y hasta el 30 de junio, han llegado a las instalaciones más de 234 perros y 85 gatos. La cara de la moneda es que han dejado el lugar 253 -43 tenían propietario- y 74, respectivamente. Si echamos la vista un año atrás, la situación empeora para los canes, pues habían entrado por el mismo tiempo 213, aunque también salieron menos, 238 -40 con dueño-. En cuanto a los felinos, el cambio estadístico es radical, pero no esperanzador con respecto al 2016, cuando se registraron 146 entradas y 142 salidas. Lo negativo de todo es la raíz del asunto: la gente sigue tratando a los animales como meros objetos.

Es triste ver la situación de estos seres indefensos acorralados y destinados a vivir en jaulas o en un pequeño patio, algo que se rebaja con el cariño ofrecido por los seis trabajadores -una persona de mantenimiento y limpieza, dos laceros y tres empleados- y el resto de voluntarios de Progape, que cada día se dejan la piel para alegrarles la existencia a los animales. Julia Fernández, voluntaria y secretaria de la protectora, añade una problemática clave escondida detrás de las entradas de los animales: "Hay muchos malos tratos, más de lo que parece".

Las formas de abandono suelen ser siempre las mismas: "Alguna vez hemos visto abrirse la puerta de un coche y ver cómo lanzan a un perro para afuera", explica Julia. En otras ocasiones, "dejan atados a los canes de noche a la puerta, o a los cachorros dentro de una caja".

La principal causa de esta situación radica en el menosprecio que sufren estos seres vivos, considerados por muchos como objetos de poco valor. "La disculpa más frecuente cuando viene un propietario es la de que no puede tenerlo porque vive en un piso, otros dicen que el perro mordió al niño o que ladra demasiado y otros que falleció la persona mayor que se hacía cargo del animal y la familia no se hace cargo". Las épocas del año de mayor peligro para el abandono son el verano y la temporada de caza.

Desde Progrape, avisan de la importancia de que los animales dispongan de un dispositivo de localización para que, en caso de extraviarse, los dueños puedan ser avisados: "Hay mucha gente aún que no pone chip a sus mascotas, la mayoría, y algunos animales se ven condenados a vivir en Progape por no poder encontrar a sus propietarios, ya que, además, muchos de estos no tienen Facebook ni conocen la protectora", lamenta Julia.

Las necesidades básicas de la perrera las cubre el Concello de Ourense, que incrementó su partida económica en un 42% este año -asciende ahora a 109.000 euros- y ya realizó una primera fase de obras con la colocación de varios muros de separación, de puertas y tejados; y con la construcción de una nueva gatera y una sala de cuidados intensivos. Queda todavía una segunda vuelta de mejoras que, a día de hoy, no tiene fecha de ejecución; dependerá de la modificación de crédito que se debatirá en el pleno municipal de este jueves. Con todo, las instalaciones situadas en la carretera de Eiroás no son suficientes para acoger a los más de 600 animales que allí viven: "La mayor necesidad que tenemos es que haya menos volumen de animales porque aquello ya se hace pequeño. También haría falta un edificio para que algunos no durmieran fuera, y tener unas instalaciones más modernas y más funcionales, con suelos que no sean de un material poroso como el cemento -un problema para el día a día de las madres de cachorros-", aclara Julia. El retraso en el pago de los medicamentos es otra de las dificultades: "Le debemos mucho dinero al proveedor, este mes le pagamos 800 euros". Además de este recuento, para la protectora siguen siendo de especial importancia las donaciones de particulares, pues, aunque parezca mucho, "treinta sacos de 20 kilos dan para solo tres días".

Sanciones por abandono

La legislación española sanciona el maltrato y el abandono animal tanto de forma penitenciaria como administrativa. El Código penal expone lo siguiente: "El que abandone a un animal [?] en condiciones en que pueda peligrar su vida o integridad será castigado con una pena de multa de 1 a 6 meses. Asimismo, el juez podrá imponer la pena de inhabilitación especial de 3 meses a 1 año para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales". Por otro lado, la sanción administrativa es potestad de los gobiernos autonómicos, en nuestro caso, de la Xunta de Galicia, que considera como infracción grave el abandono de animales de compañía -lo hace en el anteproyecto de ley de protección y bienestar de los animales de compañía del 2017-. Por ello, la sanción económica sería de entre 501 y 5.000 euros para sus infractores, aparte de los posibles castigos accesorios como la prohibición de disfrutar en propiedad de cualquier peludo por un período de entre 1 y 5 años. La cantidad cambia con respecto a otras comunidades autónomas. En los extremos, Castilla la Mancha, con sanciones de entre 150 y 300 euros, y Andalucía, con 30.000 euros. Ceuta es el único territorio español en el que sale gratis dejar a un animal a su suerte.

En toda la provincia de Ourense, conviven más de 1.000 animales sin hogar definitivo en las instalaciones de O Carballiño, Xinzo, A Rúa y Muíños. En España, durante el año pasado, fueron recogidos más de 137.000 perros y gatos según datos de la fundación Affinity. Después de varios años de descenso, el número de peludos tirados a su suerte se frena con respecto al 2015. La mayoría de ellos acaban siendo adoptados (45%), otros son devueltos (16%), menos permanecen en sus lugares de recogida (12%) y, por desgracia, 7 de cada 100 son sacrificados. La cifra más reseñable es que el 89% de los animales son encontrados en la calle, y solo un 11% son entregados por sus dueños.