El resultado de cinco años de investigación es una tesis doctoral de 630 páginas dirigida por la profesora Pilar Allegue Aguete. Entre sus conclusiones básicas, Alberto Pascual establece la génesis de la Civitas Auriense del medievo en el último tercio del siglo XI y su consolidación en los dos siguientes con la edificación de casas y bodegas y la plantación de viñas, a la vez que los artesanos se agrupan y aparecen las primeras referencias feriales en la urbe. Tras un amplio y documentado estudio sobre las normativas, Pascual Carballo concluye que el "corpus jurídico de derecho común", en proceso de formación e influenciado por los conceptos y doctrina de la Iglesia, "irá ejerciendo una función sustancial integradora del particularismo jurídico medieval". Y al tiempo que opera como "impulsora" del desarrollo social y urbano, señala, "servirá de puente en el tránsito paulatino del medievo hacia el mundo moderno".

Destaca el investigador el "interés" de los monarcas en la protección de los eventos feriales y en la eliminación de trabas que entorpecían los intercambios transaccionales entre los distintos territorios, "por resultar beneficiosos para los pueblos y lugares, en los aspectos de incremento de riqueza y de población".

De una forma o de otra, sostiene Pascual, este movimiento ferial da vida a un nuevo proceso urbano, surgido de actividades gremiales y del intercambio y tráfico de productos, así como de la movilidad interterritorial de mercaderes y mercancías que permiten entender que "esta sociedad medieval y la sociedad moderna e incluso la actual, no llegan a ser realidades tan diferentes, pues sus resortes activos están íntimamente ligados y movidos por idéntico principio impulsivo, el del tráfico comercial".