Marcos Mallo, el senderista que sufrió una mordedura de víbora en un dedo de la mano el pasado domingo, cuando realizaba senderismo junto con su mujer y su hijo de 9 años, en un entorno del parque do Xurés perteneciente al concello ourensano de Muíños, se recupera satisfactoriamente del suceso, tras ser evacuado en helicóptero al Complejo Hospitalario de Ourense. Desde allí, ha querido hacer un llamamiento a la tranquilidad y sobre todo en defensa de los ofidios, "pues son inofensivos, no atacan si no se ven atacados, y además son necesarios para el equilibrio de la naturaleza".

Pese al difícil momento vivido en la tarde del domingo, cuando tras ser mordido fortuitamente en el dedo anular de su mano derecha, y perder en varias ocasiones el conocimiento, tuvo que se rescatado primero a hombros, por dos voluntarios del GES de Muiños, y luego en helicóptero, Marcos explica que "fue todo casual; si no se sintiera atacada la víbora no hubiera mordido".

Se da la circunstancia de que tanto Marcos como su mujer son expertos en conservación e investigación de fauna salvaje, por lo que lejos de demonizar a la atacante, a la que la víctima identificó como como una vipera latastei según nombre científico o vipera latasteicientíficovíbora hocicuda.

"Todo fue fruto del azar; los tres íbamos con ropa y calzado adaptados, pero me apoyé en una piedra y le pisé la cola, así que me mordió un poquito; por mi trabajo había sufrido otras mordeduras, y como identifiqué el tipo de víbora, mi mujer llamó con urgencia a los guardias del parque" explica.

"Perdí la consciencia"

Los síntomas eran de libro para un especialista y "de inmediato el dedo se puso negro y a partir de los cinco minutos perdí la consciencia en varias ocasiones, pero sobre todo lo importante es transmitir tranquilidad, en este caso al niño que es pequeño, pues es muy difícil primero ser mordidos por una víbora venenosa, y luego que una persona adulta y sana pueda fallecer por una mordedura de este tipo" . Añade que de los trece tipos de serpientes que hay en España solo 3 son venenosas y de las 8 que hay en Galicia 2 pueden inocular un veneno "pero cuando lo hacen las peor paradas son ellas" .

Pide que su caso no genere temor o aversión hacia una especie "que no es fácil de ver, suele escapar al ver nuestra presencia pero cuyos beneficios para el equilibro natural son muchos" . En un caso similar recomienda tranquilidad pedir ayuda y mantener en alto o cabestrillo la zona afectada, sin hacer . Ayer se recuperaba en el CHUO, a donde fue trasladado "pues dijeron que no había otro sitio próximo que tenga suero antiofídico; aunque este hospital solo atiende un máximo de dos casos al año de mordeduras de víboras" tranquiliza Marcos.