Roberto Castro se enorgullece de ser un "neno de aldea". Ourense es rural y, según los datos, languidece por la despoblación, la falta de relevo en el sector primario y, en oleadas, por una mayor inseguridad en las aldeas, más vulnerables. Por eso la desarticulación de una banda de albaneses y ourensanos era un reto "prioritario", admite el subdelegado. Contra el mal demográfico, receta más ayudas para que los jóvenes satisfagan su proyecto de vida, puedan conciliar y tener servicios básicos. Castro es el rostro del Gobierno en Ourense desde 2012, a las duras y las maduras.
- La desarticulación de la banda de ourensanos y albaneses ha aplacado la alarma social tras la oleada de robos en casas del rural.
- Ante esos hechos, sobre todo aquellos en los que empleaba violencia, como a cualquier persona de bien se nos revuelve el estómago. Era prioritario resolver los robos en el rural por la alarma social.
- La Guardia Civil les atribuye más de una treintena de delitos, en principio no violentos. ¿Puede que haya otra banda aún activa, autora de los atracos con uso de la fuerza, como los de Bande o Allariz?
- Es probable que exista alguna otra banda de delincuentes pero hay líneas abiertas y los agentes están trabajando y cruzan datos para encajar las piezas del puzle. Y lo hemos visto con la operación que se ha resuelto, siempre que se pone esfuerzo hay un beneficio. Lo más denigrante es que para que puedan delinquir grupos así es necesario que tengan un contacto de gente nuestra, de aquí. Es duro y revuelve el estómago a cualquiera.
- ¿Ha calado el mensaje de que los vecinos sean más precavidos y atentos a la presencia de extraños?
- Sí que se nota una mayor precaución, se cierran las viviendas y se tiene más cuidado, sobre todo en la zona rural.
- Cuatro agentes esperando a los ladrones a que entren a robar. ¿Cómo valora la actuación de estos guardias que resultaron heridos? ¿Tenían los medios necesarios?
- La Guardia Civil es un cuerpo muy dedicado, por tradición, y en este caso lo han demostrado. Siempre se puede mejorar en materiales y efectivos, sí que harían falta más agentes, pero contando con la población que tenemos y las dificultades de diario, Ourense a pesar de casos como estos no es una insegura. Eso dice la estadística, aunque pueda resultar fría, porque detrás de cada número hay personas.
- ¿Es la macrooferta de empleo público para este año en España una oportunidad para mitigar el déficit de policías y guardias civiles?
- Creo que sí. Pasamos una época muy complicada, al borde del rescate, y con restricciones para contratar, con los servicios esenciales necesitados de reposición. La situación ha mejorado, aunque aún no llegue a la microeconomía. Tampoco creamos que en Ourense nos van a duplicar los efectivos, porque se valoran las necesidades en función de la tasa de criminalidad.
- Cada vez más aldeas vacías, menos población y más viejos. La crisis demográfica de Ourense es sangrante. ¿Actúa el Gobierno lo suficiente para ponerle remedio?
- Hay que recuperar el rural ayudando a los jóvenes dispuestos a tirar por el rural, a cambio de una vida no de subsistencia, sino plena, rentable, con servicios, ese es el reto. Creo que hay esfuerzos e inversiones de las administraciones pero no terminamos de dar con la tecla. A lo mejor podríamos producir nuestros productos sin tener que comprarlos fuera. Sobre eso hay que seguir enfocando las ayudas. Ourense tiene posibilidades.
- Llegó al cargo en un contexto de rescate, déficit y más protestas. ¿Cómo ha vivido estos 5 años?
- Vivimos muchas manifestaciones, como las de las preferentes y los emigrantes retornados, además de dos huelgas generales. Creo que nuestra respuesta desde la Subdelegación fue prudente, utilizando el diálogo y la tranquilidad. Ahora la situación está mejor pero aún preocupan las familias y empresas. En política, pasamos de una etapa de tranquilidad parlamentaria a otra en la que el Gobierno ha de ceder y pactar. Pero un partido tan importante como el PSOE tiene la situación que tiene, que debe resolver para el interés de España.
- En la primera entrevista tras su nombramiento ya se aludía a plazos del AVE. ¿Cierta decepción con el retraso en la llegada a Ourense?
- No, porque yo que conocí en las viviendas de una estación de ferrocarril, cualquiera tiene que reconocer que se trata de una obra civil muy compleja. Seguramente, todos, unos y otros comprometimos fechas sin darnos cuenta de lo que implica una obra de esa naturaleza. Yo creo que en política hay temas que nos ocupan para discutir pero ha de haber otros en los que tenemos que estar más unidos.
