Cada semestre, la Guardia Civil de Tráfico y la Guardia Nacional Republicana (GNR) de Portugal colaboran en 4 controles de circulación, dos a cada lado de la frontera. El operativo conjunto se desplegó ayer por la mañana en el kilómetro 184 de la autovía das Rías Baixas, A-52, en el municipio de Trasmiras, sentido Benavente. Durante las 4 horas de vigilancia fueron sancionados un total de 31 conductores. La mayoría, 25, tras caer en el radar móvil de la Guardia Civil pese a que había señales advirtiendo de que estaba operativo.

Diecinueve agentes españoles y 8 portugueses vigilaron el cumplimiento de la normativa de descansos y del tiempo de conducción de los transportistas profesionales. Se verificó el funcionamiento de un total de 24 tacógrafos, un sistema de control del que disponen todos los vehículos de más de 3.500 kilogramos. Fueron denunciados 4 chóferes por una infracción relacionada con el tiempo en carretera. No se realizó ninguna inmovilización.

El grueso de las denuncias corresponde a excesos de velocidad. El radar móvil controló el paso de un total de 611 vehículos, de los que fueron denunciados 25. La mayor velocidad detectada en el operativo de ayer fue de 152 kilómetros por hora.

También hubo controles de alcohol y drogas. Sesenta conductores fueron sometidos al test de alcoholemia y no hubo ningún positivo. De las 11 pruebas de drogas realizadas, 2 automovilistas dieron positivo: un conductor de un camión alquilado, por cannabis -el acompañante siguió la ruta-, y otro, por cocaína. A este conductor, con antecedentes policiales, se le inspeccionó el vehículo en busca de drogas con el perro especialista en la detección de sustancias estupefacientes, que intervino en otras 3 inspecciones.

El teniente de la Guardia Civil de Tráfico, Juan Carlos Nogueiras, destaca la "buena colaboración" con la GNR. "Muestran mucho interés por nuestro operativo de control de drogas. En Portugal no tienen lectores en carretera y cuando tienen sospecha tienen que llevarlo a un centro médico para extraerle sangre.