El comisario jefe de Ourense del Cuerpo Nacional de Policía, Antonio Álvarez Valencia, desempeña el puesto en funciones desde abril de 2016, tras la jubilación de su predecesor, Amable Valcárcel. El cargo de comisario es de libre designación y, hace unos días, la Dirección General de la Policía (DGP) convirtió en definitivo el nombramiento, tal y como se esperaba.

Esta mañana tiene lugar en la comisaría el acto oficial. Asisten el subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, y el jefe superior de la Policía en Galicia, Manuel Vázquez, quien fue el principal valedor de Álvarez y el que más influyó en él para que aceptara un cargo que no era precisamente envidiado.

Un nuevo anónimo para la juez

Álvarez, en el cuerpo desde 1997 y con rango de comisario desde diciembre de 2013, desarrolló su carrera profesional principalmente en Barcelona. Fue responsable de la Sección Operativa de Extranjería y Fronteras. Desde enero de 2014 era el Jefe Provincial de Operaciones de Tarragona. Llegó a Ourense en la peor época de la demarcación en su historia, tras la crisis de los anónimos, la operación Zamburiña (4 agentes investigados por presunto trato de favor a confidentes, además de varios traficantes que tenían kilos de droga), el robo de pistolas -aún faltan 3- y la muerte de un agente del área de prensa, C. B. A., un hecho que aún se investiga bajo secreto a estas alturas.

De hecho, la magistrada Eva Armesto, la juez que esclarece el supuesto suicidio recibió hace poco un nuevo anónimo, remitido desde Santiago de Compostela. En el escrito se apunta a supuestas presiones de los mandos recibidas por el agente el día antes del suceso ocurrido el 9 de abril. Este nuevo anónimo es toda una sorpresa, porque el fallecido se había responsabilizado tanto de los anónimos como de las armas. Ourense mantiene que la muerte fue un suicidio. Pero la magistrada profundiza porque en el arma había más huellas que las del fallecido. La togada ha tomado declaraciones en la propia comisaría y se apoya en sus pesquisas en agentes de Madrid.

Ha solicitado a sus compañeros de Instrucción 1 y 2 que les remitan sus investigaciones sobre la comisaría para unir todos los hechos en una misma causa. En el 1 se instruye la operación Zamburiña y el mismo juez mantiene el caso de la desaparición de las armas, que presumiblemente pasará a la juez. En el 2 hay diligencias abiertas por las presuntas calumnias vertidas en los anónimos.