Los recuerdos de toda una vida en la misma casa, consumidos en ceniza. El fuego destruyó la noche del lunes una vivienda de la aldea de O Prado, (35 habitantes, según el IGE), en el concello ourensano de Cartelle. Nadie resultó herido pero los estragos son mayúsculos: la residencia quedó destruida. "No me quedó nada, ni para poner un abrigo", se lamentaba la propietaria, de 86 años, dice el teniente de alcalde, Jaime Sousa (PP). La octogenaria estaba con su hija en una cocina de la planta baja del domicilio cuando el nieto, que llegaba, se percató de que había empezado a arder en el piso superior. Eran las 20 horas del lunes. No dio tiempo a más que salvarse. Los tres moradores -abuela, hija y nieto- consiguieron salir ilesos por su propio pie, sin más que lo puesto.

Los revestimientos de madera de la vivienda, que estaba restaurada, actuaron de gasolina para el fuego. Las llamas devoraron el interior del domicilio, provocaron el colapso de la estructura y la consiguiente caída de escombros al camino de la aldea, que permanece cortado hasta que finalice la investigación de la Guardia Civil y los peritos de la compañía aseguradora. Se barajaba como hipótesis que el origen del fuego estuviera en una tubería de la cocina de leña.

Bomberos salvan las aledañas

A expensas de que se confirme si la póliza cubre los cuantiosos desperfectos, el ayuntamiento ofrece su colaboración a los afectados. "Estamos a la espera que vengan a peritar y de lo que nos diga la familia, pero ayudaremos en lo que podamos porque en estos casos hay que arrimar el hombro".

El suceso movilizó a los bomberos del parque de Celanova, a efectivos de Protección Civil y a la Guardia Civil, que destinó a agentes de Celanova y Pontebarxas. Los profesionales de la extinción no pudieron evitar que la voracidad del fuego dejara la vivienda en ruinas, pero sí consiguieron que las llamas no se propagaran a las casas colindantes de O Prado. Cuando bomberos y Protección Civil llegaron al lugar del suceso la combustión ya había causado la caída del techo.

El 061 desplazó al lugar del suceso una ambulancia, pero no fue necesario trasladar a nadie. Los afectados fueron atendidos in situ por una concejala de Cartelle que es profesional sanitaria. No sufrieron intoxicación por humo pero sí nerviosismo y pena. La octogenaria, especialmente, estaba muy afectada por lo sucedido, informaron.

Pasaron la noche del lunes al martes en compañía de unos familiares que residen en Sande, en la misma parroquia. La hija tiene un piso en Ourense, donde trabaja. Acudía a ver a su madre a O Prado siempre que estaba libre. Cuando comenzó el incendio las dos mujeres estaban en la cocina de la planta baja. Al parecer, antes de la llegada del nieto, escucharon un ruido en el piso superior pero no se imaginaron que fuera un incendio, sino que creyeron que se trataba de un animal, según explica el teniente de alcalde de Cartelle, Jaime Sousa.