Carlos A. M. A. cayó detenido en una redada contra el destilado ilegal de alcohol y la Policía Nacional, pese a que ya sospechaba que algunos de los implicados podían dedicarse al tráfico ilegal de armas, se llevó una sorpresa mayor de la esperada. El ourensano guardaba en su casa todo un arsenal que incluía piezas de guerra cuya tenencia está prohibida para los particulares. Los agentes encontraron en el dormitorio de su domicilio de la localidad de Listanco (Maside) un total de cuatro fusiles de asalto "Cetme" -un tipo de arma que emplea el ejército español-, una escopeta, una granada de mortero vacía, casi 2.000 cartuchos de munición, trece pistolas, un revólver y 4 puñales. El acusado se sienta en el banquillo de la Audiencia Provincial de Ourense el jueves para responder por semejante arsenal. La Fiscalía solicita, inicialmente, una condena de 8 años de prisión por un delito de depósito de armas de guerra. La petición de pena incluye otra propuesta: que el encausado pierda el derecho a la tenencia y porte de armas durante 11 años.

Los hechos salieron a la luz en el marco de una operación dirigida por el juzgado de Instrucción Número 1 de Vigo. Las investigaciones fructificaron en el mes de noviembre de 2014. La bautizada como "Operación Licor Ibérico" se saldó con 16 detenidos, 10 en Portugal y 6 en Ourense (4) y Vigo (2); y con la incautación de 65.000 litros de alcohol etílico (45.000 en Galicia y 20.000 en Portugal) con el que elaboraban los licores, además de 21 vehículos de lujo. Según las autoridades españolas y lusas, se trataba de una auténtica bomba contra la salud pública que además eludía los impuestos especiales sobre el alcohol que establece el régimen tributario.

El alcohol etílico, de alta graduación y sin control sanitario alguno, se destilaba presuntamente en Coímbra (Portugal) y era trasladado a Galicia, donde se preparaban orujos y licores que se espesaban mezclándolos con sustancias de uso industrial para darles la consistencia y densidad necesarias. La investigación apuntó en un inicio al uso de líquidos de automóviles. Tras embotellarlo, lo vendían como licores en bares, cafeterías y restaurantes, sin etiquetar o utilizando un etiquetado en apariencia legal. Tras la operación, el Consello Regulador "Orujo de Galicia" alertó de que "el 70% de los licores de los bares y restaurantes proviene del comercio ilegal", instando a la administración a redoblar los controles.

Además de Carlos A. M. A.., en Ourense también fue detenida su esposa, un vecino de San Cibrao das Viñas y otro de la ciudad. Según la Policía Nacional, en la misma vivienda de Listanco (Maside) donde se descubrió el arsenal de armas, el acusado tenía 350.000 euros en efectivo, tal y como se aprecia en la imagen del material incautado, una fotografía que fue difundida por las autoridades tras las detenciones.

La causa principal, relativa a un delito contra la salud pública por la destilería ilegal de alcohol, se instruye en Vigo. El juzgado encargado de la investigación remitió un testimonio al de O Carballiño para que instruyese diligencias por el hallazgo de las armas en Maside, que pertenece a dicho partido judicial. La causa recayó en Instrucción 1.

El registro en las propiedades del ourensano se llevó a cabo en el domicilio del acusado de Listanco (Maside), así como en un garaje situado en Ourense y en una nave de la carretera N-525, en Coles. Según relata la fiscal en su escrito, dentro del dormitorio del encausado aparecieron 4 fusiles de asalto "Cetme", utilizados por el ejército español. Uno estaba inutilizado, otro con signos de haber sido inutilizado y posteriormente rehabilitado; mientras que otros dos se estaba en buen estado de conservación y funcionamiento. También tenía una escopeta semiautomática en buen estado, 1.951 cartuchos en estado de uso, una granada de mortero vacía, sin explosivo, así como 4 puñales, 3 de 9 centímetros de hoja y uno de 10,5 centímetros; los 4 calificados como arma prohibida.

Según el escrito de acusación del ministerio público, fechado en noviembre de 2016, antes de la apertura del juicio oral, entre el arsenal había dos pistolas semiautomáticas sin cañón y por tanto incapacitada para el disparo; una apta, otra con un fallo mecánico en el martillo percusor que tampoco permitía disparar, una más a la que le faltaban varios elementos así como otras 8 totalmente operativas, según certificaron los peritos. También se encontró un revólver apto. La fiscal destaca que el procesado carece de licencia para el uso de las armas referidas, así como de la guía de pertenencia, careciendo también del llamado libro de coleccionista.

9 meses en prisión preventiva

Sobre el acusado pesan antecedentes penales a efectos de reincidencia, puesto que ya fue condenado como autor de un delito de tenencia ilícita de armas, en una sentencia firma de 2012 dictada por el Juzgado de lo Penal Número 1 1 de Pontevedra. Le impusieron 6 meses de prisión, pero la pena quedó suspendida durante 2 años.

Tras su detención en el marco de la operación "Licor Ibérico", Carlos A. M. A. fue enviado a prisión por el juez instructor el 5 de noviembre de 2014. Permaneció encarcelado como medida cautelar hasta el 31 de agosto de 2015.