Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El exgerente de la cooperativa de O Ribeiro solicita al juez que declare improcedente su despido

Levoso contrató a un detective para investigar las irregularidades de un comercial, pero la sociedad dice que no actuó pese a conocerlas

Buena parte de la historia de la vitivinícola de O Ribeiro, una de las principales cooperativas de Galicia y un pilar de la Denominación de Origen -su marca más conocida es "Viña Costeira"- está ligada a la trayectoria de Argimiro Levoso Touceda, su gerente durante 28 años. Desde el 88 hasta que a mediados de junio la bodega, que produce unas 4 millones de botellas al año, le comunicó la carta de despido. Sin acuerdo en las negociaciones previas ni en la conciliación anterior al juicio laboral celebrado ayer, la valoración queda en manos del magistrado del Social 4, Pedro Rabanal. El abogado del exgerente, Xosé Manuel Pacho, pide la declaración de improcedencia del despido, con la consiguiente indemnización. La cooperativa, representada por el letrado Juan Salgado, argumenta que la decisión estuvo justificada: "La empresa sufrió un perjuicio enorme y el despido era la única alternativa".

El adiós de Levoso, de 56 años, está ligado indirectamente al de un comercial que también acudió a la vía social tras recibir la baja, pero que anteayer renunció al juicio, tras aceptar in extremis un acuerdo con la empresa. A este empleado, que llevaba 20 años en la cooperativa, lo responsabilizan de distribuir por su cuenta mercancía "como en un negocio paralelo", de cargar dietas falsas e incumplir horarios, tal y como manifestó quien era su jefa directa, la directora comercial. Había "quejas generalizadas de distribuidores de toda Galicia" y supuestamente "el gerente estaba al tanto", según esta testigo.

Las quejas contra el comercial abundaban y, según la cooperativa, Argimiro Levoso fue informado por la citada directora comercial e incluso por un distribuidor de Barcelona que se plantó frente a las prácticas de "extorsión" del trabajador. Ese fue el "detonante" del despido. El exgerente, defiende la cooperativa, "no hizo nada", lo que el aludido niega. De hecho, en octubre de 2015 encargó a un detective que investigara al comercial. El investigador, uno de los testigos que declararon ayer, hizo tres seguimientos, entre noviembre y febrero, constatando los incumplimientos. En marzo, el comercial fue sancionado, esgrime Pacho para demostrar que Levoso sí intervino.

La vitivinícola: "Era el amo"

La empresa desliga al exgerente de las irregularidades del comercial pero sostiene que Levoso "no participó pero sabía" lo que sucedía porque "era el auténtico amo; todos los departamentos dependían de él", pero "hacía oídos sordos con lo que ocurría; la cooperativa no tuvo otro remedio que despedir porque faltó a sus funciones", dijo el letrado Juan Salgado. "Toda la empresa era su secretaria", llegó a declarar la directora comercial. "No hizo nada ante los descuadres de stock continuados y la desaparición de botellas, que hoy no ocurre", hiló Salgado en el informe de conclusiones. Para fundar la procedencia del despido, la vitivinícola argumenta que la junta rectora, el órgano decisorio según los estatutos, "se limitaba a hacer lo que decía el gerente".

Xosé Manuel Pacho recalca que Levoso no era un cargo de alta dirección -carecía de coche y secretaria- y proponía, pero toda decisión era competencia de la junta rectora, y la revisión de gastos era labor de un consejo de vigilancia. No tenía poder individualizado. A modo de ejemplo ilustrativo, Pacho citó una compra de preferentes por importe de 1,2 millones, decidida por un director administrativo en 2012, sin que el exgerente tuviera nada que ver. "Pretenden que el despido salga gratis tras 28 años".

Compartir el artículo

stats