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Los arrastres de ceniza del gran fuego de Entrimo dejan a dos pueblos sin agua

El alcalde solicitó ayuda al 112, que envió ayer un camión cisterna para trasladar agua del río Pacín al depósito de Terrachán

Uno de los bosques quemados en el incendio de Entrimo, la semana pasada. // Brais Lorenzo

Las consecuencias del gran incendio forestal del Entrimo no se han hecho esperar. Las mismas lluvias que llegaron el martes para dar por finalizada la última oleada de incendios que afectó a la provincia de Ourense provocaron el arrastre de cenizas y restos de la combustión del que ha sido le mayor fuego registrado este año en Galicia. Esta erosión ha alterado la composición del agua del río Covas y varios de los manantiales de los que se abastecen los pueblos de Terrachán y Olelas, afectando a la potabilidad del agua.

Los vecinos de ambas localidades, un total de 475 según el padrón de 2015, empezaron a notar en sus casas los efectos de este desastre el miércoles. El agua salía del grifo oscura y dejaba un rastro de tierra negra en el fregadero y la bañera. Incluso, señaló algún vecino, desprendía el mismo olor a humo del incendio. Ante la imposibilidad de utilizarla para el consumo, se vieron obligados a comprar agua embotellada.

Por este motivo, el Concello de Entrimo cerró la captación del agua y solicitó a través del 112 la colaboración de la Axencia Galega de Emerxencia, Axega, que envió un camión cisterna para llevar agua limpia a los pueblos que se quedaron sin agua potable.

El vehículo llegó a Entrimo a las 10.30 horas de ayer y estuvo trabajando en el trasvase de agua hasta las 16.30 horas. Se trata de un camión con capacidad para 30.000 litros con el que se llenó un depósito situado en la parte alta de Terrachán, que es la capitalidad del municipio.

Según explicó el alcalde, Ramón Alonso, el agua fue captada del río Pacín, que riega la parte norte del municipio en una zona que no se vio afectada por el fuego. Desde allí, el agua fue trasladada en varios viajes hasta este depósito, que tiene una capacidad de 800 metros cúbicos, o lo que es lo mismo, 800.000 litros de agua.

El agua almacenada recibirá el correspondiente tratamiento antes de llegar a los hogares de Olelas y Terrachán para que sea apta para el consumo. El regidor sostiene que con esta medida el abastecimiento está garantizado durante dos o tres días, que sería el tiempo estimado para que las aguas del río Covas vuelvan a la normalidad. Dado que no se prevén lluvias en las próximas jornadas, Ramón Alonso confía en que este problema no se repita en el futuro. "Esperamos en que al dejar de llover el suministro se normalizará, la lluvia que cayó el martes asentaría parte de lo quemado, de forma que con las próximas lluvias no se sufriría el mismo efecto", señala.

Este mismo problema lo sufren también los vecinos de As Neves, Pontevedra, donde la Axega ha enviado dos nodrizas con agua para abastecer a los pueblos afectados por el arrastre de cenizas al río Termes.

El Concello de Entrimo está también a la espera de que la Xunta amplíe el decreto firmado en agosto para que los afectados por los daños del fuego puedan reclamar ayudas.

Unas quinientas personas participaron ayer en una manifestación en Verín contra los incendios forestales y a favor de una política basada en la prevención. La marcha, convocada por la CIG, reunió a vecinos de las comarcas de Monterrei y A Limia, ambas muy afectadas por la oleada de incendios registrada la pasada semana en Ourense. Partió a las 20,30 horas de la Praza do Concello y continuó por la avenida de Portugal, Luís Espada, calle Lisa, plaza García Barbón, Cruz y A Mercé para regresar por Luís Espada, Deputación, Irmáns Moreno y Colón.

Bomberos y brigadistas encabezaron la manifestación, a la que se sumaron también integrantes de la plataforma vecinal de Cualedro o del colectivo "Salvemos o río Támega", entre otros. La CIG de Verín y A Limia convocó esta movilización para llamar la atención sobre la existencia de un "negocio del fuego" y reclamar al gobierno de la Xunta la implementación de políticas de prevención forestal y de ordenación territorial, dirigidas a intentar evitar el desastre ecológico, económico y social que, dice el responsable Anxo García Torres, "padecen nuestras comarcas".

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