Portugal también ha tenido mermas en la cosecha de patatas, por lo tanto es previsible que los precios se incrementen de forma moderada, aunque esa tendencia se puede corregir por la entrada de patata foránea. El enemigo más temible para los productores, es la entrada de la patata de temporada de Francia.

La patata tempranera viene de Egipto, Israel y Marruecos. "Esto no perjudica mucho a la patata gallega, porque la nuestra es de media estación. La entrada de patata tempranera influye sobre todo a Andalucía".

La competencia de la entrada de la patata de Francia es bastante agresiva, porque "viene con precios baratos, pero con patata de peor calidad". El consumidor debe valorar esta circunstancia, porque "por unos céntimos menos, la calidad puede perder mucho".

Luis Saa Arias reconoce que la asignatura pendiente de A Limia es dar el salto a la transformación del producto, con la finalidad de lograr mayor riqueza. De momento solo hay dos fábricas de patatas fritas.