Cada tres horas, el radar de tramo instalado en la N-525, en la salida norte de Ourense, pilla a un conductor que excede la velocidad permitida en este tramo, uno de los más peligrosos de toda la provincia y con un largo historial de accidentes (7 fallecidos y 12 heridos graves en 6 años) . Desde que entró en funcionamiento el sistema de control el 17 de marzo no se han registrado víctimas ni accidentes graves. El miércoles de esta semana, cuando se cumplían 150 días desde la puesta en marcha del radar, la cifra de conductores detectados era de 1.140. Según ese dato, cada mes, de media, unos 225 automovilistas son denunciados por no respetar el límite del tramo: 70 kilómetros por hora en un trayecto vigilado de 3,76 kilómetros. El radar multa a partir de 78 km/h.

La gran mayoría de los excesos detectados, algo más de un millar, se saldaron con una multa de 100 euros -50 por pronto pago y renunciando a recurrir-, sin la retirada de puntos. Un total de 128 de las infracciones fueron de categoría muy grave, implicando la retirada a los conductores responsables de entre 4 y 6 puntos del carné, según información de la Jefatura Provincial de la Dirección General de Tráfico.

La vigilancia de vehículos comienza al atravesar el arco situado en O Viso, antes de la salida a una gasolinera, y finaliza poco antes de Gustei (Coles) y de la incorporación a la OU-150, que lleva a A Peroxa. Son 3,76 kilómetros limitados a 70 por hora de máxima y de media, entre los puntos kilométricos 242,2 y 246,0 sentido Santiago. El que fue segundo radar de tramo instalado en España en una vía convencional, se apoya con un radar fijo en el kilómetro 244,850, en el sentido ciudad de Ourense (este cinemómetro suma 800 multas en el mismo periodo de funcionamiento).

Acortarlo por la picaresca

La Dirección General de Tráfico está estudiando acortar el trazado bajo vigilancia a partir del próximo mes de septiembre. Justo antes del punto final del control -dotado como el primer arco de una cámara que fotografía el coche infractor-, hay una salida que propicia que algunos automóviles puedan abandonar la nacional N-525 sin verse afectados por el dispositivo.

El radar de tramo y la cabina fija de la N-525 elevaron a 12 el total de controles fijos existentes en la provincia, 7 de ellos en la autovía Rías Baixas, la A-52.