Ciento noventa y siete policías prestan servicio en la Comisaría de Ourense. La creación de nuevas brigadas, como la dedicada a controles de prevención y labores de seguridad ciudadana, la UPR, no ha paliado el déficit de personal de la demarcación, común al del resto de España por el mayor ritmo de jubilaciones y pasos a segunda actividad que de ingresos en el cuerpo. En la Comisaría Provincial de As Burgas tendrían que ejercer 242 funcionarios, por lo que la carencia actual con respecto al catálogo del Ministerio del Interior es del 18,5%. Antonio Álvarez Valencia tomó posesión en abril e hizo un estudio de las 5 brigadas y los distintos grupos operativos. Asegura estar contento con el desempeño de sus policías. "Aquí hay gente muy buena, pero los acontecimientos fueron algo insólitos, como de guion de cine negro, fue un golpe importante", reconocía ayer. Por respeto, "sería injusto", rechazó valorar si la gestión antes de su llegada fue la mejor.

Desembarcó en abril desde la Jefatura Operativa de Tarragona -el equivalente al número 2- para relevar a Amable Valcárcel. Álvarez, natural de Muiños y de 63 años, comprobó que la plantilla "estaba huérfana" y con la moral baja. El mando, avalado en su nombramiento por el jefe superior de Policía de Galicia, Manuel Vázquez, confesó ayer a la prensa que los funcionarios "deseaban alguien de fuera" tras el annus horribilis de la demarcación, sumida en una crisis interna y consternada finalmente por el suicidio de un compañero, Celso B. A., que se atribuyó en exclusiva el robo de las pistolas del armero así como la elaboración de anónimos, el primer cabo del que se serviría Asuntos Internos para investigar a una relación de policías hasta llegar a desmantelar, a la postre, al anterior grupo antidroga, con 4 agentes imputados en la operación "Zamburiña".

Antes de decir sí al cargo -se lo propusieron solo una semana antes-, el ourensano "reflexionó" durante 2 días y accedió al "reto". Ahora está resuelto a esclarecer los principales casos antes de jubilarse. Sobre la desaparición de las armas dijo ayer, sin dar detalles, que "hay avances" y que las pesquisas continúan de la mano de la UDEV de Comisaría, Asuntos Internos y el juzgado.

El policía que se suicidió -y que no figuraba entre los sospechosos de la sustracción producida en el búnker en el verano de 2014- tenía 3 de ellas en el despacho donde se quitó la vida. El resto no aparecieron. El comisario descarta que las armas de la Comisaría estén en el mercado negro y sostiene que "hay posibilidad", aún, de dar con ellas.