El tradicional desfile infantil de la Batalla de Flores, uno de los emblemas de las fiestas del Corpus ourensanas, regresó tras dos años suspendido por el anterior gobierno local. Diez carrozas en total, ocho de ellas dedicadas a los más pequeños de la ciudad y dos más patrocinadas por empresas colaboradoras, acompañadas cada una de ellas por los tradicionales cabezudos y gigantes, abrieron paso por las céntricas calles llenando de color el asfalto de una ciudad que vive sus últimas horas de fiesta.

Las carrozas infantiles estuvieron capitaneadas por los principales protagonistas en la vida de los niños: cigüeñas, gnomos y cervatillos fueron los encargados de dar vida a las cuatro ruedas de cada una de las carrozas que recorrieron las calles de Ourense ante cientos de ciudadanos que salieron a ver la cita más tradicional, con décadas de historia, de las fiestas del Corpus.

Todas las carrozas, definidas por la causa, destacaron por sus motivos florales, todas ellas con flores de gran volumen, naturales unas y elaboradas con nuevas técnicas la gran mayoría de las restantes. El carrocero encargado del desfile, Juanjo Rodríguez, con 25 años a sus espaldas de experiencia, afirma que el uso de flores naturales se ve cada vez más limitado debido a los costes que supone.

El desfile partió desde la rúa Mestre Vide, en As Lagoas, continuando su ruta por la Avenida Otero Pedrayo (dirección Curros Enríquez), Curros Enríquez, Juan XXIII y Progreso para acabar en la Plaza del Bispo Cesáreo, en la Alameda, lugar testigo de unas fiestas del Corpus llenas de actividades diversas para todos los públicos a lo largo de todo el día.

Para Juanjo Rodríguez, considerado por sí mismo el único carrocero en activo de Galicia y de los pocos profesionales de España después de la jubilación de su tío, su maestro desde los ocho años y encargado de preparar las carrozas para la Batalla de Flores ourensana de los últimos años antes del parón durante las fiestas del Corpus 2014 y 2015, la carroza más interesante podría haber sido cualquiera de las del desfile, pero se queda con una de ellas por su fabricación, aquella cuyas flores están hechas en petrería, la misma que salió al desfile para representar al rey del entroido ourensano de este año.

La Batalla de Flores siempre ha sido un referente en las fiestas de Ourense y es lo que ha llevado a tantos ourensanos a salir a las calles de la ciudad para presenciar una tradición que, según afirma Juanjo Rodríguez, puede datar de 1903 como mínimo: "Tengo fotos en casa de 1903 en las que las carrozas eran llevadas por bueyes que tiraban de carros".

El carrocero afirma que la gratuidad del evento, la tradición de madres y abuelas que ya llenaban las carrozas cuando eran pequeñas y el público amplio al que va dirigida una actividad como esta son las claves para llegar a considerar la Batalla de Flores el evento más tradicional de las fiestas del Corpus de Ourense.

La ilusión y la alegría de los cientos de ourensanos que salieron a las calles justifican su presencia.