Los comerciantes de la Plaza de Abastos vivieron ayer una jornada especial, en la que intentaron escenificar con la realización de una foto en común que sus negocios necesitan una cuidada renovación, que revitalice sus ventas y vuelva a situar al producto local de Ourense en el centro de las miradas de los consumidores de la ciudad. Será una imagen con historia, pues el colectivo afronta la recta final del mercado de abastos, tal como se ha conocido en los últimos 80 años, y justo cuando se anuncia el pronto traslado de los placeros a una nave proyectada por los arquitectos Alfredo Freixedo Alemparte y Pedro Diéguez Iglesias, mientras duren las obras de mejora del edificio. Las floristerías obsequiaron con flores y plantas a los consumidores que durante la mañana hicieron sus compras en el mercado.