La nueva estación depuradora , que tendrá un caudal máximo de tratamiento de 4.238 metros cúbicos /hora, triplica el que tiene la actual. Por lo que podrá tratar las aguas residuales de una población de 350.000 habitantes, lo que permitirá solucionar los problemas estructurales y operativos que llevaron a su construcción. Su diseño cubre todas las superficies de los elementos del proceso, de manera que todas las actividades se realizarán en recintos cerrados, lo que permitirá agrupar los tratamientos con el mínimo movimiento de fangos, evitando la emisión de olores y de ruidos al exterior, una de las cuestiones que provocaron que en su momento los vecinos de Reza recurriesen a la vía judicial, que finalmente ordenó su derribo.

La galería de servicios en la que se instalarán las conducciones y los cableados eléctricos y de comunicación, facilitará las labores de explotación y mantenimiento. Y las más modernas tecnologías de depuración también permitirán reducir la cantidad de biosólidos producidos, de manera que se puedan valorizar los fangos para su aplicación agrícola al tiempo que se reduce el consumo de reactivos. Consiguiendo una instalación más eficiente y con un menor coste de explotación.