La tarde del 27 de mayo de 2014, I. D. J. Á., un ourensano de 28 años de edad, entró armado con un cuchillo a una librería de la calle Fernández Seguín, en la ciudad de Ourense. Tal y como reconoce, esgrimió el arma blanca para intimidar al propietario el establecimiento, pero también a su madre y su hija, que se encontraban en ese momento en el interior del local. El individuo exigió todo el dinero. El dueño abrió la caja registradora y el atracador se marchó con 350 euros.

Un testigo vio al individuo, encapuchado, salir del negocio e introducirse en un automóvil que salió a toda velocidad. I. D. J. Á. confesó los hechos a la policía, pero no fue hasta llegar al juzgado de instrucción cuando dijo que su cómplice, que lo llevó en coche a la zona, también estaba al tanto. Ayer, en el juicio celebrado en el Penal Número 1 de Ourense, el acusado volvió a incriminar al otro sospechoso, J. F. M. P., de nacionalidad portuguesa y 24 años de edad.

El primer reconoce su participación en los hechos, pero pretende su absolución. Su defensa solicitó a la magistrada que aplique la eximente completa, o al menos una atenuante muy cualificada, por los problemas de adicción a las drogas de esta persona, así como también porque presentaría una anomalía psíquica.

Esta parte aportó informes para tratar de acreditar sus argumentos, aunque ningún perito acudió a declarar ayer a la vista para poder ser interrogado al respecto, tal y como subrayó la fiscal del caso.

El otro dice que no sabía nada

Tras la práctica de la prueba del juicio, la representante del ministerio público mantuvo los cargos contra los dos individuos. Para el autor confeso, de hecho, solicita la pena más elevada, de 4 años de prisión, al concurrir la circunstancia agravante de uso de disfraz, porque vestía un pasamontañas con el objetivo de no ser identificado.

El otro acusado, J. F. M. P., quien niega los hechos, se expone a 2 años y 7 meses de cárcel. Según fuentes del caso, solo admite que llevó al otro acusado a la zona y esperó en el automóvil, sin saber que su acompañante fue a cometer un robo. En un principio, dijo, la intención era ir a por droga. Cuando el otro se montó en el vehículo salió rápido del lugar, instintivamente, porque así se lo pidió.

El último conducía presuntamente el vehículo en el que se dieron a la fuga. Para la acusación pública esa participación implica que había un pacto entre ambos con un reparto previo de papeles para la comisión del atraco, calificado como un robo con intimidación en las personas con uso de instrumento peligroso. Los dos varones se sentaron ayer en el banquillo en concepto de autores.

Los hombres acudieron supuestamente en el vehículo Volkswagen Golf propiedad de J. F. M.P., que iba al volante. Según la versión de la Fiscalía de Ourense, mientras este sospechoso esperaba fuera con el automóvil encendido, I. D. J. Á. entró en el establecimiento, con un gorro y un pañuelo a modo de pasamontañas. Empuñando un cuchillo, conminó al librero, a su madre y a su hija para que le entregaran el dinero en efectivo.

El individuo huyó del local con los 350 euros de la caja. Un testigo ratificó ayer en el juicio que vio a una persona con pasamontañas abandonar el establecimiento a la carrera para subirse como copiloto a un coche. El vehículo arrancó súbitamente, huyendo de forma temeraria, según la declaración del observador.