Viana do Bolo amaneció ayer con la misma expectación y nerviosismo que un domingo de entroido, día del gran desfile de carnaval en esta localidad del oriente ourensano. Solo que ayer era sábado y los que acompañaron a boteiros y foliones eran máscaras ancestrales de otros puntos del noroeste peninsular que acudieron a la llamada de la Mascarada Ibérica, una quedada de figuras y tradiciones vinculadas al disfraz organizada por varias asociaciones que luchan por la protección e impulso de los entroidos de Viana y Vilariño de Conso.

Este encuentro se celebró por primera vez el año pasado y nace con vocación de convertirse en la voz de las muchas manifestaciones festivas y rituales tan ancestrales y fantásticos como los tres entroidos que componen el denominado triángulo mágico, Xinzo, Verín y Laza. Jorge Domínguez Couso, presidente de Folións Rurais de Viana, señala que, esta mascarada no busca un enfrentamiento ni la enemistad con aquellos, sino todo lo contrario, una reivindicación en positivo que sume. "Lo primero que buscamos es situar a todos los entroidos en el mapa porque aunque no tengan tanta repercusión todos son importantes", indica. La tradición, añade "no se basa en tener más o menos público, todos existen y se viven con la misma intensidad aunque sean pequeños".

Por las calles de Viana corrieron ayer los volantes y maragatos del entroido ribeirao de Santiago de Arriba, característico del municipio lucense de Chantada; los vellaróns de Riós; los caretos de Parada y Lazarín de Portugal; los sidros de Valdesoto, en Asturias; los peliqueiros y parranfóns de Campobecerros, en Ourense; la visparra y talanqueira de Vigo de Sanabria, en Zamora; y los zamarrones del "antruido" de Paré de Piasca, en Cantabria.

De tal forma que el oriente ourensano se convierte por dos días (hoy estarán en Vilariño de Conso a partir de las 12 horas) en el epicentro del entroido a través de un intercambio cultural que sirve también de foro para poner en común las demandas e inquietudes de todos estos rituales. Uno de los objetivos es impulsar ante la Unesco la candidatura de Patrimonio Cultural Inmaterial a la que el Gobierno ha dado el primer impulso incluyendo el pasado octubre el carnaval entre las manifestaciones representativas objeto de análisis para promover esta candidatura. Jorge Domínguez destaca que son 200 los rituales diferentes en la península ibérica y apuesta por una propuesta conjunta con Portugal.